El 26 de noviembre del año 2024 fue encontrado un cadáver desmembrado en el barrio Barro Blanco en Dosquebradas, Risaralda. Su identidad luego fue revelada como el joven Cristian Camilo Arroyave quien contaba con 24 años al momento de su asesinato. Camilo, como muchos otros jóvenes fue participe activo del Gran Levantamiento Popular que paralizó a todo Cali, en especial en el sector denominado Paso del Aguante, allí fue bautizado por los compañeros de lucha de la Primera Línea como “cachorro”, en donde se ganó el afecto del movimiento popular por su arrojo y valentía al momento de luchar contra la represión policial.
Camilo afrontó problemas judiciales y legales con la Fiscalía, entidad que fue incapaz de demostrar su culpabilidad de los delitos imputados ante un juez, cosa que ha ocurrido en muchos otros casos en donde sistemáticamente se ha venido persiguiendo a los luchadores populares que participaron del Gran Levantamiento Popular. Accionar “enérgico” y “eficaz” del Estado que contrasta con la total impunidad para con “los ciudadanos de bien”, quienes junto con la policía dispararon y asesinaron a decenas de jóvenes, realizaron torturas y desapariciones forzadas de los luchadores populares que hoy en día permanecen en total impunidad.
Los amigos de Camilo y el pueblo de “Paso de Aguante” realizaron una emotiva despedida del luchador, quienes simbólicamente le realizaron una misa en el Monumento de la Resistencia en Cali el pasado 8 de diciembre. Según se pudo leer en mensajes y recordatorios que realizaron sus compañeros de lucha, Camilo se encontraba desempleado y muchas veces fue ayudado económicamente por sus cercanos. Quería desempeñarse como peluquero, proyecto en el cual se estaba encaminando. Otra de las quejas recurrentes de quienes conocieron la situación y desenlace de Camilo, fue la desidia con que fue tratado por el “Gobierno del cambio”, que solo ha entregado algunas ayudas y beneficios, a aquellos líderes juveniles del Gran Levantamiento Popular, que se plieguen a las banderas del petrismo y se conviertan en defensores del gobierno.

La difícil situación de los jóvenes en Colombia de desempleo, superexplotación laboral y nulas oportunidades de estudio, han llevado a que parte de la juventud se enfile a nutrir la delincuencia juvenil o a ingresar en grupos delincuenciales al beneficio de la mafia, en donde muchas veces terminan en la cárcel o perdiendo la vida. Las promesas hechas por el “Gobierno del Cambio” como lo fue la liberación de los presos por luchar no resultaron ser sino otra promesa más incumplida a los jóvenes luchadores por otro “político” más de turno. Petro aun teniendo la potestad de realizar indultos como presidente, no ha movido un dedo para liberar a quienes se encuentran detenidos y procesados por delitos relacionados con el Gran Levantamiento Popular. Otra de las promesas con las cuales ganó a las Primeras Líneas para su campaña presidencial fue la de dar matricula cero y dar cupos universitarios y becas a los miembros de las Primeras Líneas, aunque hoy existe matricula cero, gracias a la lucha popular y estudiantil durante la pandemia, esto no basta para que muchos jóvenes de escasos recursos, como los integrantes de las primeras líneas, puedan ingresar a la educación superior, pues la brecha de décadas entre ellos y los jóvenes de clases medias, no se resuelve solo con matricula cero. Los jóvenes populares necesitan de un bienestar universitario robusto que les ayude a mantenerse dentro de la universidad, necesita de acompañamiento pedagógico y una nivelación progresiva a los contenidos académicos, entre otras medidas que solo se pueden garantizar con una plena financiación de las universidades públicas.
John Alejandro Hernández, otro joven en Puerto Resistencia y que fue miembro de las Primeras Líneas, fue víctima de secuestro por parte de un grupo armado en Cajibío-Cauca el pasado 28 de noviembre en el marco de un acto conmemorativo con las víctimas del conflicto. Gracias a la denuncia pública de la comunidad y su rápido actuar, se logró la liberación de John Alejandro, hecho que demuestra una vez más la predilección de este sistema para saciar su festín de muerte con los jóvenes luchadores. Sin embargo, la sangre que derramó el pueblo en las calles en contra de la tiranía uribista y de los “cerdos” policías no ha caído en vano. Todas las condiciones sociales que impulsaron la explosividad del Gran Levantamiento Popular no se han resuelto, peor aún se han agudizado. El mundo ya no volverá a ser como antes, sino que cada vez las cosas van a estar peor, y los jóvenes “que no tiene nada que perder”, serán el baluarte de las luchas que se avecinan y de la cual van hacer frente con heroicidad como ya lo demostraron en el Levantamiento Popular. Es así que llegará el día en que las promesas vacías e incumplidas sean cosas del pasado, pues la satisfacción de edificar una nueva sociedad en donde puedan desplegar su libre iniciativa y gran efervescencia será el fruto abonado por su sangre y valentía.