El pasado miércoles 4 de octubre alrededor de 500 personas de distintas comunidades organizadas en Minga Cali, realizaron una ocupación en las instalaciones de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) y del edificio contiguo, La Beneficencia de Cali. Tras 9 meses de diálogos de Minga Cali con la Institucionalidad en las cuales el incumplimiento y dilataciones por parte del gobierno fue la constante, la ocupación tuvo como objetivo central exigir soluciones concretas a los problemas planteados por las comunidades.
Minga Cali agrupa a 21 organizaciones y alrededor 2000 familias, familias que han sido víctimas de la violencia estatal, muchas han sido desplazadas de sus territorios y han tenido que llegar a las periferias de la ciudad de Cali para buscar un lugar donde asentarse y sobrevivir. Estas comunidades se encuentran en peligro o están siendo desalojadas de sus viviendas (como la ocurrida en octubre del año pasado donde se desalojaron a más de 1500 familias a pocos meses de posesionado el gobierno de Petro) para construir proyectos al beneficio del gran capital como el Plan Jarillón, el tren de cercanías Cali-Jamundí o realizar proyectos urbanísticos a manos de las grandes constructoras.
Esta no es la primera protesta que realiza Minga Cali, ante las dilaciones y negligencia del Estado para solucionar los problemas y exigencia de este pueblo trabajador, decidieron realizar esta concentración y toma de la URT. Cómo es costumbre del gobierno y del Estado intentaron a través de sus funcionarios desmovilizar la protesta bajo el pretexto de entablar un diálogo, las familias se mantuvieron firmes y exigían ‘respuestas y soluciones concretas’, la toma se mantuvo en pie y las familias con gran compromiso y entusiasmo, disciplina y organización lograron garantizar la ocupación, el bloqueo de la calle, la seguridad, la alimentación y la dormida.
Desde primeras horas del jueves 5 de octubre las comunidades elevaron la presión bloqueando la intersección de la calle 9 con carrera 5 en pleno centro de Cali, mientras cantaban ‘por una vida, por un techo la vivienda es un derecho’, ‘ni desalojos, ni Plan Jarillón, vivienda para todos es la solución’ y ‘no somos uno, no somos dos, ahora somos muchos a una sola voz’. La resistencia de las comunidades obligó a que la prensa monopólica reportara la noticia y que funcionarios del gobierno como Giovanny Yule director de la URT, Liliana Solano viceministra del dialogo social del gobierno nacional, Jimmy Dranguet secretario de seguridad de Cali y otros funcionarios se reunieran con las vocerías de las comunidades. A estos funcionarios, pese a su intento por mostrarse amables, se les notaba inconformidad y malestar por la justa protesta de Minga Cali.
Alrededor de las 4pm del 5 de octubre las vocerías y funcionarios llegan a un acuerdo. Gracias a esta acción y resistencia de las comunidades que se prolongó por 32 horas lograron conquistar una victoria, los acuerdos más importantes son la suspensión del desalojo programado para el 18 de octubre a la comunidad de Nueva Esperanza, para barrios como La Florida se apuesta por la legalización y la creación de comunidades entorno al cuidado de los acuíferos, y la promesa de una primera tierra para familias de Minga Cali. La felicidad de las masas populares se hacía sentir, gritos, sonrisas, abrazos y lágrimas de felicidad se veían en madres y padres victoriosos, que sienten un alivio al impedir el desalojo de sus viviendas y tener una promesa de tierra. Sabedores del incumplimiento histórico del Estado y sus engaños, también decían que debían seguir alertas para exigir el cumplimiento de los acuerdos.
Resaltamos que esta victoria fue posible únicamente a la lucha y organización de las comunidades de Minga Cali que decidieron emprender esta acción de hecho y llevarla de manera consecuente hasta el fin. Mostrando lo que dice la consigna de que Ni el Estado, ni los politiqueros, sólo el pueblo salva al pueblo, evidenciado además en que familias denunciaban y se mostraban inconformes con el gobierno nacional de Petro-Francia debido a los incumplimientos y falsas promesas.
Por último, reafirmamos la posición de nuestra última editorial, que expresa la necesidad de fortalecer las organizaciones desde sus bases, luchando por las reivindicaciones más sentidas del pueblo y manteniendo una dirección política-organizativa con el gobierno nacional, las elecciones, sus partidos y el viejo Estado.
¡Vivienda digna para el pueblo trabajador! ¡Con la lucha se conquistan libertades y derechos!¡Con la lucha se defienden!