El 8 de marzo es una conmemoración que se ha enarbolado a lo largo del mundo para dar tributo a las luchas de las mujeres del pueblo. La propuesta de conmemorar este día surge de la gran revolucionaria alemana, dirigente del Partido Social Demócrata (Comunista) de Alemania, Clara Zetkin, en la II Conferencia de Mujeres Socialistas en 1910.
Inicialmente esta conmemoración se realizaba en otras fechas diferentes al 8 de marzo, y fue hasta el año 1917 que se instauró este día como el Día Internacional de la Mujer Proletaria, pues en el inicio del auge revolucionario que daría vida a la Gran Revolución Socialista de Octubre en Rusia, miles de mujeres obreras bajo la dirección de los bolcheviques salieron a las calles en una huelga general política a protestar por pan, en contra de la guerra y en oposición al régimen zarista. Estos acontecimientos fueron muy importantes para todo el proceso de lucha que llevaría al hito histórico de la primera patria socialista, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Por consiguiente, es en la lucha dirigida por el proletariado que se da el origen al día de la mujer proletaria, posteriormente se toma la fecha del 8 de marzo en honor a las mujeres trabajadoras y revolucionarias de la URSS, y se extiende esta celebración como algo internacional para conmemorar las luchas de las mujeres proletarias y del pueblo del mundo entero.
Las clases dominantes han intentado desdibujar por distintos medios el origen socialista de esta fecha, buscando negar que la lucha de la mujer ha sido enarbolada y defendida desde los Partidos Comunistas donde mujeres comunistas han dirigido la lucha de la mujer paralelamente a la lucha de clases, mostrando que el camino de emancipación femenina es en medio de la lucha del proletariado por la conquista del poder.
Inicialmente en los años 50’s se comienza a difundir la idea de que el origen de este día fue por el asesinato de un grupo de obreras en una fábrica textil en Nueva York –acontecimiento que revolucionarias denuncian en solidaridad internacional de clase- pero que tiene como objetivo negar el origen socialista de la conmemoración establecido en la II Conferencia de Mujeres Socialistas. Aun así, sigue sobresaliendo el carácter clasista de esta fecha: la lucha entre mujeres explotadas contra sus patrones y patronas explotadores.
Posteriormente en los años 70, ya con un carácter reaccionario, el organismo imperialista de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) llamó el año 1972 como el año de la mujer y buscó promover en todos los países la definición de un día para la celebración de las mujeres, buscando borrar su carácter de lucha y su carácter de clase, homogenizando a las todas las mujeres, centrando en la identidad de las mujeres en su sexo, y poniendo en la misma posición a las mujeres explotadas y explotadoras. Hasta el día de hoy las clases dominantes siguen bregando por desdibujar el origen socialista y el carácter clasista de esta conmemoración, sin embargo, las mujeres del pueblo continúan saliendo a las calles cada 8 de marzo para reivindicar sus derechos y la necesidad de una revolución social que barra con el hambre y la miseria de todo el pueblo, que destruya la opresión particular que pesa sobre las mujeres trabajadoras, y que levante sobre las ruinas del viejo orden una nueva sociedad para el bienestar de las clases trabajadoras.
Consecuente con lo anterior, el pasado 8 de marzo, durante la movilización, se realizó un homenaje de parte de Movimiento Femenino Popular, quienes expresaron en una sentida intervención sus motivos para conmemorar las siguientes luchadoras revolucionarias y comunistas: Alexandra Kollontai, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, Chiang Ching, mujeres del pueblo trabajador que entregaron sus vidas al servicio de la revolución proletaria, mostrando en la práctica cuál es el papel de la mujer popular en la lucha de clases. Además, revolucionarias colombianas como María Cano y Betsabé Espinal, partícipes de las huelgas obreras representativas de la historia de nuestro país, ellas con su templanza y la berraquera de las mujeres populares, se opusieron a las pésimas condiciones de trabajo que impone el capitalismo burocrático, tomaron posición por la clase, organizando al proletariado y elevaron la conciencia de la clase, para seguir luchando por el camino revolucionario para transformar las condiciones de vida de los obreros. Finalmente, hicieron homenaje a las heroicas mujeres palestinas, quienes, en las trincheras de la guerra de liberación nacional, resisten contra la dominación imperialista.
Si quieres saber más, sobre lo ocurrido durante la movilización del 8 de marzo, puedes consultar un reportaje que publicamos anteriormente.