Como parte de la solidaridad y el apoyo a la Resistencia Nacional Palestina compartimos este artículo encontrado en A Nova Democracia

Palestinos durante una jornada de protestas en 2021, en la frontera de Gaza. Foto: Mahmud Hams/AFP

El pueblo palestino y la lucha armada de resistencia nacional palestina contra los títeres sionistas del imperialismo que ocupan sus tierras han sido una luz para todos los pueblos oprimidos del mundo. La venganza contra la Nakba es también parte integral de la lucha contra los enemigos del pueblo en general, es una lucha democrática, esencial para el avance de la lucha revolucionaria en todas partes. Los patrióticos combatientes palestinos, en su heroica batalla, no cesarán hasta lograr la verdadera libertad e independencia de los colonizadores, genocidas y terroristas de Israel. 

La independencia, como la libertad, lo saben todos los pueblos que han sido colonizados en el mundo, todos los oprimidos y explotados, no es algo que se pueda dar o conceder. Debe ser arrancado por la fuerza de las manos de quienes lo subyugan. No es el derecho internacional ni la ONU lo que lo garantiza. No es, ciertamente, el palabrerío sobre autodefensa que redunda en nada –si no en ataques frontales, mediáticos o de otro tipo, contra la autodefensa y el derecho internacional– cuando un pueblo oprimido se levanta para garantizarla. Es la propia historia y quienes la hacen, el pueblo. Es la determinación de un pueblo de liberarse, su coraje, su intrepidez, su ausencia del miedo en el combate y su preparación para luchar contra el enemigo lo que le garantiza tanto el derecho a la libertad como a la victoria. En todas partes fue así.

El Presidente del Partido Comunista de China, Mao Tse Tung. En 1938, escribió un texto titulado Sobre la Guerra Prolongada, en el que resumió la particularidad de la función de la guerra en la lucha política, diciendo, sobre la invasión fascista japonesa: “la situación semiindependiente de China constituye un obstáculo para el desarrollo de la política del imperialismo japonés, y por lo tanto, el Japón ha iniciado su guerra de agresión para eliminar ese obstáculo. ¿Y China? La opresión imperialista constituye desde hace mucho tiempo un obstáculo para la revolución democrático-burguesa de China, y por ello se han sostenido numerosas guerras de liberación, con la intención de eliminarlo. Como el Japón utiliza ahora la guerra para oprimir a China y cerrar por completo el camino a su revolución, China no tiene más remedio que emprender la Guerra de Resistencia contra el Japón, decidida a barrer este obstáculo. Cuando se haya eliminado el obstáculo y conseguido el objetivo político, terminará la guerra. Mientras no se elimine por completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar hasta lograr el objetivo. Por ejemplo, mientras no se cumpla la tarea de la resistencia al Japón, toda tentativa de compromiso fracasará inevitablemente, pues aun cuando, por una u otra razón, se llegase a un compromiso, la guerra volvería a estallar, ya que sin duda las amplias masas populares no se resignarían a ello, y continuarían la guerra hasta la completa realización del objetivo político de la misma. Por consiguiente, se puede decir que la política es guerra sin derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre”. Analizando retroactivamente la Guerra de Resistencia como parte de la Guerra Popular China, Lin Piao, en 1965, señaló: ” Para hacer de la Guerra de Resistencia contra el Japón una verdadera guerra popular, nuestro Partido se apoyó firmemente en las más amplias masas populares, se unió con todas las fuerzas antijaponesas posibles y consolidó y amplió el Frente Único Nacional Antijaponés. La línea fundamental de nuestro Partido era la de movilizar a las masas con audacia y robustecer y engrosar las fuerzas del pueblo para que éstas, dirigidas por nuestro Partido, derrotaran a los agresores y construyeran una nueva China.”. 

En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, bajo el mando del mariscal Joseph Stalin, el Ejército Rojo y el pueblo soviético defendieron valientemente su patria de los invasores nazis. Ya en noviembre de 1944, Stalin declaró: “¡Camaradas, soldados y marineros rojos, sargentos, oficiales y generales! ¡Trabajadores de la Unión Soviética! En la Gran Guerra Patria defendimos la Patria contra los invasores, liquidamos definitivamente la amenaza de esclavización del pueblo de la URSS por tiranos fascistas y ahora nos encontramos en vísperas de la victoria total”. El 9 de mayo de 1945, después de que la guerra terminara con la victoria soviética, a las 20 horas, en Moscú, se transmitió el discurso de la victoria, en el que Stalin declaró: “Los grandes sacrificios que hicimos en nombre de la libertad y la independencia de nuestra Patria, las privaciones y sufrimientos incalculables experimentados por nuestro pueblo en el curso de la guerra, el intenso trabajo en el frente y la retaguardia, colocados sobre el altar de la patria, no han sido en vano, y han sido coronados por la victoria completa sobre el enemigo. La lucha secular de los pueblos eslavos por su existencia y su independencia ha concluido con la victoria sobre los invasores alemanes y la tiranía alemana.”.

En 1946, en Vietnam, el líder político del Partido Comunista Truong Chinh escribió en plena lucha de liberación nacional contra los colonialistas franceses, retomada tras la derrota de la invasión japonesa del país: “Cada tiro disparado en nuestra guerra de resistencia lleva consigo el odio del pueblo vietnamita hacia los reaccionarios franceses […] ¡Los disparos que se disparan ahora son el resultado de una brava y larga resistencia! Debemos alcanzar la independencia y la unificación nacional”. En 1966, en la lucha contra el imperialismo yanqui, el presidente de Vietnam y uno de los fundadores del Partido Comunista de Indochina, Ho Chi Minh, declaró claramente a todo el país a través de la radio de Hanoi: “El pueblo vietnamita ama la paz, la paz verdadera, paz dentro de la independencia y la libertad, no paz simulada, paz norteamericana. Para defender la independencia de nuestra patria y cumplir con nuestra obligación para con los pueblos que luchan contra el imperialismo norteamericano, nuestro pueblo y nuestro ejército, unidos como un solo hombre, lucharán con determinación hasta la victoria total, cualesquiera que sean los sacrificios y penas que puedan existir”

En 1957, en la lucha de liberación nacional de Argelia contra el colonialismo francés, el psiquiatra e intelectual democrático Frantz Fanon, como miembro del Frente de Liberación Nacional de Argelia, escribió al periódico El Moudjahid: “La independencia descendió del cielo de las posibilidades ideales. Se hizo carne y vida, se incorporó a la sustancia del pueblo […] Del argelino del período colonial surgió un hombre nuevo, el argelino de la época de la independencia. Recupera su personalidad en la acción, en la disciplina, en el sentido de sus responsabilidades, y redescubre la realidad, que toma con sus manos y transforma, restableciendo relaciones efectivas con ella. Se convierte en organizador, administrador, soldado y ciudadano responsable”. En 1958 reafirmó: “La era de la pacificación terminó para siempre. Argelia ha entrado decisivamente en la era de la independencia”. 

En la lucha de liberación nacional cubana, a comienzos del siglo XX, José Martí, poco antes de morir en batalla, en 1885, escribió que era necesario “evitar a tiempo con la independencia de Cuba que los Estados Unidos se extiendan y caigan, con esta fuerza más, sobre nuestras tierras de América”. En 1964, casi siete décadas después, en valiente desafío contra el restablecimiento de la tutela de los Estados Unidos de América que se había establecido en el contexto de la Guerra Hispanoamericana, Ernesto “Che” Guevara, en su histórico discurso ante la ONU , declaró ante representantes del imperialismo de todo el mundo la resolución de los pueblos latinoamericanos, y en especial del pueblo cubano, contra la invasión y sometimiento, principalmente yanquis, resumida en la consigna: “¡Patria o muerte!”.

Pedro Pomar, jefe histórico del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y bravo combatiente contra la dictadura fascista impulsada por el imperialismo yanqui en el país, en 1972, escribió al diario A Classe Operária: “El pueblo brasileño está en el pórtico de la victoria. Sus fuerzas se multiplican, sus ideas se vuelven más claras, sus objetivos se vuelven más nítidos. Superando las dificultades y afrontando la ferocidad de sus verdugos, pone a prueba sus cualidades de coraje, inteligencia y determinación. Siente cada vez más la necesidad de unidad para que su lucha revolucionaria resulte victoriosa. Está decidido, más que nunca, a cumplir la sagrada y urgente tarea de liquidar el régimen de los generales fascistas y lograr una verdadera emancipación nacional”.

En 1992, en el histórico discurso desde la prisión instalada en un lugar público por el Estado fascista peruano y frente a monopolios de prensa de todo el mundo, el Dr. Manuel Rubén Abimael Guzmán, conocido como Presidente Gonzalo, presidente del Partido Comunista de Perú, afirmó: “Hoy día la realidad es una, los mismos competidores de la Primera y Segunda Guerra Mundial, están generando, están preparando la tercera nueva guerra mundial. Esto debemos saber y nosotros como hijos de un país oprimido somos parte del botín. ¡No lo podemos consentir! ¡Basta ya de explotación imperialista! ¡Debemos acabar con ellos!

Todos estos históricos combatientes y líderes de luchas democráticas y revolucionarias, a pesar de diferencias más sutiles o más sustanciales en pensamiento y prácticas, compartían un entendimiento fundamental sobre la cuestión de la independencia y la libertad: que sólo existe cuando se conquista, que es un exigencia y no un pedido. La Internacional Comunista también lo expresó así, allá por 1928: “Todas las palabrerías de los imperialistas y sus lacayos sobre la política de descolonización llevada a cabo por las potencias imperialistas, sobre el ‘libre desarrollo de las colonias’ no son más que mentiras”. Hoy las mentiras son más refinadas, basadas en la “globalización”, el “fin de la historia”, y cualquier acto que exija independencia y libertad es considerado terrorista, ya que va en desacuerdo con las convenciones imperialistas de luchar contra el opresor, ya que lo correcto es vivir de las migajas de las ONG sin quejarse. 

Sin embargo, el pueblo palestino, como todos los pueblos del mundo, no se dejará engañar ni se contentará con migajas y seguirá exigiendo cada vez más y mejor. Por mucho que el imperialismo y los sionistas emprendan, estratégicamente y en términos de su ofensiva contrarrevolucionaria, una guerra de tierra arrasada, terrorista en el sentido más fuerte de la palabra, para impedir  en el territorio ocupado de Palestina y en el mundo la continuidad de la lucha y su inevitable desarrollo, resultado de los incesantes bombardeos de Gaza, la destrucción de refugios, hospitales, ambulancias, el asesinato de niños, el uso de fósforo blanco contra civiles, todas las medidas genocidas y fascistas, todas las mentiras cobardes lanzadas contra los combatientes patrióticos por quienes pretenden convertirse en verdugos del pueblo, no harán más que multiplicar, en el pecho de cada revolucionario, de cada demócrata y de todos los pueblos del mundo, el odio contra sus agresores, la revuelta, la certeza de que éstos son los verdaderos enemigos del pueblo. 

En muchos y en todos los sentidos, el pueblo palestino buscó exigir lo que es suyo por derecho: independencia y libertad, la construcción de un Estado palestino independiente y la libertad del colonialismo y el apartheid sionista. En muchos y en todos los sentidos, especialmente en los sangrientos, el sionismo, apoyado por el imperialismo yanqui, negó ambas cosas. El pueblo palestino ahora, de manera intransigente, ha desatado su furia contra el enemigo, está expresando sus demandas políticas de manera sangrienta, con la lucha armada, y, Ciertamente, sólo aceptará que su objetivo se logre de una vez por todas. Sus organizaciones combativas, igualmente decididas a luchar hasta la muerte, rechazan una nueva Nakba. A ellos se suman fuerzas antisionistas de los pueblos árabes. Suena el gong final.

Al mismo tiempo, la situación actual pone de relieve el estado de putrefacción del imperialismo y no puede ocultar, bajo la bandera de la falsa e ilusoria “defensa de la democracia” o bajo operaciones económicas “impersonales”, los ríos de sangre que impone a los hijos del pueblo su furia de subyugación. Los ataques al pueblo palestino por parte de Israel son sancionados desde Washington, por el genocida Joe Biden y sus perros de guerra, que grotescamente buscan garantizar al agresor el derecho a la “defensa” enviando armas y “asesores” a Benjamín Netanyahu y sus tropas fascistas.  Poco a poco se va descubriendo en todo el mundo que cualquier exigencia, por justa que sea, provoca las reacciones más sanguinarias posibles por parte de los enemigos del pueblo, atemorizados, pero, por el momento, poseedores de tecnología militar. Un pueblo puede ser masacrado, con la aprobación del imperio yanqui, por resistir una ocupación. 

¿Qué deben hacer todos los pueblos que anhelan la liberación del imperialismo y todos los pueblos explotados del mundo que se encuentran hoy en una situación cada vez más calamitosa en la que incluso se les niegan sus derechos? Todos, en el seno de las masas, tienen algo que exigir. Sin embargo, los medios políticos de exigencia están cada vez más agotados. El sufragio universal resultó ser una farsa y ya no se cree en elecciones reaccionarias. Se restringen las protestas y huelgas en Brasil, Francia, Alemania, España, etc. – la policía avanza violentamente en todas partes contra los defensores de la causa palestina, especialmente ahora, mostrando el acuerdo tácito entre todas las fuerzas de represión del mundo contra la lucha popular. No se respetan las negociaciones de huelga. El oportunismo se desenmascara diariamente como servidor de la reacción, no busca ninguna solución a los problemas de las masas, se vincula a los intereses de los concentradores, del capital financiero, y su fachada progresista ya no convence a nadie. En Palestina, caminar con una bandera cerca de la frontera del enemigo del pueblo ya era suficiente para fuese abaleado a tiros, independientemente de su edad, incluso antes de la actual acción genocida. En nuestro país basta vivir en una favela para que se justifique el asesinato por la represión policial. El pueblo palestino, como antes los vietnamitas o los argelinos, se resolvió y decidió portar un arma junto a la bandera. Decidió que para la única solución posible son necesarios los únicos medios posibles y promueve la lucha armada de resistencia nacional, sabe que la lucha armada es el camino hacia la independencia y la libertad.

La lucha por la independencia y la libertad en Palestina, democrática y capaz de ser identificada en su justeza por todas las víctimas oprimidas del imperialismo, ciertamente logrará sus objetivos. Junto a las victorias logradas, una de las cuales ya ha sido lograda en el levantamiento de combatientes y pueblos en defensa de la patria, alentará las demandas de todos los pueblos del mundo y desarrollará nuevas exigencias propias. Los imperialistas pronto descubrirán que la era de la independencia y la liberación ha cobrado nuevo impulso y que, con la violencia, el río que todo lo arrastra no perdonará. De hecho, será tan despiadado como los márgenes que intentaron, sin éxito, comprimirlo. Cualquier paso que dé el imperialismo ahora sólo servirá para demostrar, en la práctica y frente a las masas, que sólo hace falta que haya opresión para que sea justo luchar contra ella hasta el final, que rebelarse es justo.

Unirse a las fuerzas que defienden el derecho del pueblo palestino a la rebelión es, hoy, la tarea más importante para los revolucionarios, los demócratas y los pueblos oprimidos del mundo en el plano internacionalista. Como en el caso de la cuestión irlandesa, en la que, como decía Karl Marx en 1869, “a través de la prensa, de los sermones, de las revistas humorísticas, en definitiva, de todos los medios a disposición de las clases en el poder”, se intentó mantener antagonismo entre el proletariado inglés y el de la colonia, hoy asistimos a una campaña mediática que sataniza al pueblo árabe y persigue a los demócratas que están a favor de la lucha armada de la resistencia nacional palestina y del pueblo palestino. Por lo tanto, es aún más importante deshacer, mediante la persuasión y la denuncia masiva, cualquier mentira imperialista que se interponga en el camino del desarrollo de la conciencia general sobre la justeza de la resistencia, afirmándola como tal. Debemos estar, en esta etapa del desarrollo de la lucha entre el imperialismo y todos los pueblos del mundo, en defensa del movimiento progresista general, de su punto crítico en Palestina, las diversas luchas de liberación nacional y de resistencia y de las guerras populares en curso. El imperialismo ya no puede hacer más que sucumbir y las masas están condenadas a triunfar. 

Este texto expresa la opinión del autor.

Notas:

¹ TSETUNG, M. Sobre la Guerra Prolongada. Servir ao Povo, 25 de agosto. 2015. Disponible en: <https://serviraopovo.com.br/2015/08/25/sobre-a-guerra-prolongada-mao-tsetung-1938/>.

² PIAO, L. ¡Viva el triunfo de la Guerra Popular!. Servir ao Povo, 12 de septiembre. 2023. Disponible: <https://serviraopovo.com.br/2023/09/12/viva-o-triunfio-da-guerra-popular-lin-piao-setembro-de-1965>. 

³ STALIN, JV Orden del Comandante en Jefe Supremo nº 220. En: STALIN, JV Obras elegidas (1901-1952). São Paulo: Editora Raízes da América, 2021. p. 647.

4   STALIN, JV Discurso de victoria. En: STALIN, JV Obras elegidas (1901-1952). São Paulo: Editora Raízes da América, 2021. p. 651.

5  CHINH, T. ¡La resistencia vencerá!. En: CHINH, T. Escritos seleccionados. Moscú: Editorial en lengua extranjera, 1977. p. 100.

6  MINH, HC Lucha hasta la victoria total. Marxists, 06 de noviembre. 2022. Disponible en: <https://www.marxists.org/portugues/ho_chi_minh/1966/07/17.htm>. 

7  FANON, F. Independencia nacional, la única solución posible. En: FANON, F. Escritos políticos. São Paulo: Boitempo, 2021. p. 46.

8  FANON, F. La expansión del movimiento antiimperialista y los retrocesos de la pacificación. En: FANON, F. Escritos políticos. São Paulo: Boitempo, 2021. p. 117.

9  Cf. ÁVILA, R. Cuba: el 26 de julio que cambió la Historia. Revista Opera, 27 de julio. 2021. Disponible en: <https://revistaopera.com.br/2021/07/27/cuba-o-26-de-julho-que-mudou-a-historia/>. 

10  ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Declaración del Sr. Che Guevara (Cuba) ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964. Youtube, 23 de enero. 2009. Disponible en: <https://www.youtube.com/watch?v=bufHojkoGtw&ab_channel=UnitedNations>. 

¹¹ POMAR, P. El pueblo alcanzará la verdadera independencia, Servir ao Povo, 07 de septiembre. 2017. Disponible en: <https://serviraopovo.com.br/2017/09/07/o-povo-conquistara-a-verdadeira-independencia-pedro-pomar-1972/>. 

¹² GUZMÁN, MRA. Discurso carcelario. Servir ao Povo, 24 de septiembre. 2021. Disponible en: <https://serviraopovo.wordpress.com/2021/09/24/president-gonzalo-discurso-do-carcere/>. 

¹³ INTERNACIONAL COMUNISTA. Tesis sobre el movimiento revolucionario en los países coloniales y semicoloniales. Marxists, 25 de marzo. 2014. Disponible en: <https://www.marxists.org/portugues/tematica/1928/09/teses_comintern.htm>. 

14  MARX, K. La cuestión irlandesa. Marxists, 25 de noviembre. 2004. Disponible en: <https://www.marxists.org/portugues/marx/1869/11/questao.htm>.