A continuación compartimos un artículo escrito por el Centro de Investigación y Educación Marxista – CIEM, con motivo de los 95 años del primer intento de insurrección en nuestro país.
En julio de 1929, heroicos campesinos, obreros, artesanos e intelectuales organizados por el Partido Socialista Revolucionario (PSR) realizaron el primer intento de insurrección que buscaba destruir el viejo orden social. A continuación los sucesos más importantes de dicho levantamiento, hecho histórico de gran importancia, que a 95 años nos plantea la necesidad de conocer la lucha del pueblo colombiano, experiencia de la cual tomamos el ejemplo de aquellos que ofrecieron su vida por la revolución, banderas rojas que es nuestro deber levantar nuevamente y sacando lecciones guiar la revolución que aún requiere nuestro país.
Antecedentes de la Insurrección
Colombia en la década de 1920 vivió un boom industrial, debido a la inyección de capital imperialista yanqui llamado la “danza de los millones”. Con este dinero se impulsó la construcción de carreteras, líneas de ferrocarril e inversión en los puertos del rio Magdalena con el fin de poder exportar con mayor facilidad lo que el imperialismo demandaba: café, banano y petróleo. De la mano del auge industrial se dio un incremento de clase obrera en el país, un gran auge de las luchas populares y el nacimiento del Partido del Proletariado.
La influencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre en 1917 se extendió a todos los rincones del mundo, y Colombia no fue la excepción. En el III Congreso Obrero Nacional (CON) de 1926 se da la fundación del PSR encabezado por los principales líderes del proletariado: Ignacio Torres Giraldo, María Cano, Raúl Mahecha y Tomas Uribe Márquez, dirigentes fuertemente vinculados con las masas populares, afines al marxismo pero con poca claridad sobre él. El Partido en sus primeros años se dedicó a una intensa labor de agitación y propaganda por todo el territorio nacional, se producían y divulgaban periódicos, fueron famosas las giras de María Cano e Ignacio Torres llevando la idea de la revolución social e incentivando a las masas a organizarse. En esta época hubo huelgas y manifestaciones de los trabajadores de las zonas bananeras y petroleras [1], entre los ferroviarios, los mineros, trabajadores de caña, obreros de construcción y los trabajadores de los puertos o braceros. Se impulsaron sindicatos, ligas campesinas y asociaciones de mujeres. El auge de la lucha iba acompañado de una fuerte represión del Estado, quien perseguía a los revolucionarios, buscaba la forma de impedir que sus periódicos y proclamas fueran difundidos y reprimían fuertemente las huelgas obreras hasta con el uso de las balas para silenciarlos.
Se gesta el Plan Insurreccional
En 1927 el PSR realiza la convención de La Dorada, en la que se debaten dos caminos: si el Partido debía centrar en participar de las elecciones o en preparar la insurrección, y se impuso la necesidad de la violencia revolucionaria debido a la agudización de la lucha de clases y al clamor de las masas de organizarse para resistir la represión. En julio de 1928 el Partido realiza una Asamblea, para aprobar el plan insurreccional. El plan proponía promover grandes huelgas a nivel nacional que desembocaran en una insurrección, para actuar conjuntamente con algunos liberales dispuestos a levantarse en armas contra el gobierno conservador [2] y actuar en coordinación con rebeldes venezolanos que en la misma fecha se alzarían en armas. Se organizaron en dos comités: los líderes reconocidos del PSR que tenían fuertes vínculos con las masas quedaron a cargo de preparar la insurrección en el Comité Central Conspirativo (CCC), y la “dirección política” -el Comité Central Ejecutivo (CCE) –quedó en manos de intelectuales desvinculados de las masas.
Agudizando aún más la represión, el Gobierno arrestó cientos de revolucionarios en las vísperas del 1.º de mayo, pensando que este día estallaría la insurrección. El ministro de Guerra Rengifo, para detener y reprimir la lucha popular, promulga la “ley Heroica”, declarando como delito: reunirse, promover huelgas y estar contra la propiedad privada. Pero esto no detiene el auge de la lucha.
La zona de las bananeras era estratégica para el PSR, pues, según su plan, el levantamiento en esta zona, y en las zonas petroleras, serían la chispa que encendería la hoguera a nivel nacional. Sin embargo, la situación de miseria de las masas en la zona bananera, era tan grave, que la huelga estalló antes de que el PSR llevara adelante los preparativos que concebía necesarios para la insurrección, y el 6 de diciembre de 1928 el Estado genocida ordena al ejército abrir fuego sobre los manifestantes. Este día ocurre el “bautizó de fuego” [3] de la clase obrera en Colombia: la masacre de las bananeras, donde fueron asesinados más de mil obreros.
La masacre fortaleció la decisión de muchos por la insurrección, pero la derrota de la huelga debilitó el reconocimiento del PSR entre algunos sectores de las masas y los principales líderes fueron arrestados (Tomas Uribe Márquez, Ignacio Torres Giraldo) y Raúl Mahecha alcanza a fugarse fuera del país. Ante este hecho el Partido realiza una Conferencia Nacional dirigida por el CCE que no analiza la grave situación de la masacre y los ajustes al plan de la insurrección, sino que se centra en organizar la participación del PSR en las elecciones, con lo cual se llevaban al Partido por la vía electoral.
Sin embargo, la insurrección se sigue preparando en varios sitios del país. Las condiciones objetivas estaban dadas (situación de miseria del pueblo, despidos, huelgas), pero, las condiciones subjetivas (la organización del pueblo y del Partido) no lo estaban, pues los principales líderes se encontraban apresados y el Partido no tenía aún la madurez y organización necesarias entre las masas. La fecha de la insurrección fue fijada entre julio 28 al 30, pero muy cerca de esta fecha se da la orden de abortar el plan; sin embargo, la orientación no llega a todas las regiones y se producen levantamientos armados en algunas regiones del país.
La Insurrección
La decisión de abortar la insurrección no llegó al Líbano (Tolima) y a la media noche del 28 de julio de 1929, cuatro grupos de campesinos bien armados rodearon la ciudad. Uno de los grupos de 300 hombres encabezado por Pedro Narváez era el encargado de dar la señal inicial. Los revolucionarios esperaban dar un golpe sorpresivo a la ciudad, pero no sabían que un terrateniente ya había alertado a las autoridades y así la policía del Líbano neutralizó el asalto que se pensaba sería masivo, sin embargo, alcanzaron a cortar las líneas telegráficas y del alumbrado eléctrico y “recorrían las calle de la ciudad, dando vivas a la revolución social y gritando que tenían hambre” [4]. En Murillo, “los campesinos, ondeando una bandera roja con tres ocho (ocho horas de trabajo, ocho de estudio, ocho de descanso) se tomaron la corregiduría y obligaron a las autoridades depuestas a rendirle honores al símbolo del nuevo poder establecido.” [5].
Un liberal y el capitán de la Guardia civil asumieron el mando de las fuerzas contrarrevolucionarias. Los revolucionarios al verse cercados se replegaron a las montañas, donde se libró el combate que terminó con su derrota, pero en el que entregaron la vida heroicamente: “El héroe de los revolucionarios fue Higinio Forero, quien para cubrir la retirada de sus compañeros lanzó una bomba que debía volar el puente del río, la cual no cumplió su cometido. Entonces Higinio… Se atrincheró solo al otro lado del puente y con una carabina resistió a los adversarios hasta cuando una bala lo inmovilizó; el capitán Sáenz lo remató a culata. No hay un solo militante… que olvide este episodio, testimonio de valor y de abnegación revolucionaria” [6].
En una semana llegaron más de 400 refuerzos de soldados de varias regiones, que junto con civiles armados que se ponían del lado de la contrarrevolución, obligaron a los revolucionarios a dispersarse por los campos. En estos hechos se evidencia claramente el papel de traición y oportunismo de los liberales al pueblo colombiano, que en el momento de la insurrección se fueron en su contra a pesar de haber estado en su preparación.
Similar fue el levantamiento en San Vicente de Chucurí. A las 6 pm del 28 de Julio de 1928, los revolucionarios asaltan establecimientos comerciales para conseguir armas y al grito de: ¡Viva la revolución social, abajo el gobierno!, se tomaron la alcaldía y luego la cárcel. Combaten con el ejercitó y uno de los revolucionarios pierde la vida. Tras la fuerte represión se retiran a las montañas para seguir unos días más operando como guerrillas.
Otro lugar donde se llevó acabó la insurrección fue en la estación Ferroviaria de La Gómez- Puerto Wilches, en el departamento de Santander. Los revolucionarios mataron al jefe de los talleres del Ferrocarril, intentaron cortar las comunicaciones, volaron la ferrovía con dinamita, asaltaron el cuartel de la policía y se apoderaron de las instalaciones de la empresa que convirtieron en prisión para los enemigos. Fueron dispersados por 100 soldados de tropas de Bucaramanga y agentes de policía de poblaciones vecinas. En los enfrentamientos perdieron la vida 3 revolucionarios, y los demás se fueron al campo a organizarse en guerrillas.
Sin embargo, mientras que unos militantes del partido luchaban con coraje y decisión, los representantes del CCE del PSR, pasados unos pocos días, renegaron de la lucha armada, publicaron una carta donde traicionan a los revolucionarios echando agua sucia sobre el levantamiento, suplicando al Estado que debía mejorar las condiciones, realizar reformas eficaces para que los obreros no se armaran, que sólo esto permitiría evitar la muerte y la cárcel, llamando a la pacificación del pueblo y condenando el justo uso de la violencia revolucionaria contra los opresores.
Todo el descontento popular y el trabajo del PSR fueron canalizados por los liberales hacia las urnas, habiendo quedado golpeado el Partido, luego de este primer intento de insurrección, los liberales tomaron como bandera la lucha contra el Partido Conservador que llevaba 30 años en el gobierno, y recogieron toda la inconformidad del pueblo, con lo cual subieron como presidente a Enrique Olaya Herrera y luego a Alfonso López Pumarejo.
No obstante, sobre la base del arduo trabajo y heroísmo de los revolucionarios del PSR, la clase obrera colombiana logró en 1930 y con la ayuda de la Internacional Comunista, conformar su Partido, el Partido Comunista de Colombia que mantuvo su carácter revolucionario por algunos años, pero que rápidamente fue tomado por el oportunismo y revisionismo hasta nuestros días.
De todo este proceso los revolucionarios de hoy debemos sacar muchas enseñanzas. Una muy importante es que una organización revolucionaria, para forjar el camino de la revolución, debe desarrollar una constante y bien manejada lucha interna, tanto contra la idea de llevar rápidamente adelante la revolución sin haber preparado y organizado al pueblo para ella, como principalmente contra las ideas oportunistas de abandonar el camino revolucionario para centrar en la vía pacifista y electoral. Otra enseñanza es que el PSR no comprendía aun, que el proletariado debía conformarse en un Partido de nuevo tipo como Lenin lo había creado en Rusia, que agrupara a los mejores hijos del pueblo y que realmente representara los intereses de la clase obrera, por el contrario concibió el Partido como un Frente con carácter amplio de masas, que llegó incluso a contar en sus filas con los liberales, quienes terminaron traicionando la lucha de la clase obrera para beneficio de sus propios intereses como clases opresoras.
Finalmente, para todos los revolucionarios de hoy, el PSR y la insurrección de 1929, son un gran ejemplo: los militantes del PSR se fundieron con las amplias masas populares, ayudaron a su movilización y dedicaron su vida a la revolución, dispuestos a la cárcel y a la muerte, mostrándonos la valentía, coraje y decisión por guiar al pueblo a transformar la sociedad a través de la violencia revolucionaria.
¡Vivan los revolucionarios que ofrendaron su vida en el primer intento de la clase y el pueblo colombianos por asaltar el poder !
¡Viva el valioso legado del PSR, como infancia del proletariado en la gesta por fundar el Partido Comunista de Colombia!
Centro de Investigación y Educación Marxista -CIEM
Notas
[1] En estas zonas existía una economía de Enclave. Empresas yanquis tenían el poder y controlaban la vida del pueblo en condiciones de trabajo miserables. Entre ellas la United Fruit Company y la Tropical Oíl Company
[2] “Liberales y conservadores” son denominados los miembros del Partido Liberal que junto con el Partido Conservador eran los dos partidos de las clases explotadoras para la época, los cuales se disputaban el gobierno en las elecciones y en ocasiones a través de las armas. Algunos dirigentes del Partido Liberal se han caracterizado por engañar al pueblo con discursos democráticos y hasta “socialistas”, como por ejemplo el oportunista de Jorge Eliecer Gaitán, pero siempre han representado los intereses del imperialismo, la gran burguesía y los terratenientes.
[3] Los años escondidos. María Tila Uribe. Editorial CESTRA. Pág.267
[4] El tiempo, Bogotá, martes 30 de Julio de 1929, p.2. Citado en “Los bolcheviques del Líbano”.
[5] Los Bolcheviques del Líbano. Gonzalo Sánchez G. 1985. El ancora editores. Pág. 83
[6] Ibid.