Este artículo fue realizado con información obtenida de la prensa democrática y popular A Nova Democracia (Brasil). Esta prensa ha hecho seguimiento diario a la cuestión palestina desde el 7 de octubre de 2023. A Nova Democracia recientemente fue censurada por la plataforma monopólica YouTube. Fue eliminado su canal por difundir videos de la Resistencia Nacional Palestina.
El día 15 de enero, el Estado genocida de Israel aceptó los términos y condiciones de un alto al fuego por seis semanas con los grupos armados que conforman la Resistencia Nacional Palestina. El acuerdo de cese al fuego sirve al fortalecimiento de la Resistencia, permite reorganizar e incrementar las fuerzas con nuevos combatientes liberados, aumenta el respaldo entre la población, regresan miles de palestinos desplazados a su tierra, mientras se impone la retirada a las tropas sionistas del territorio palestino. También el acuerdo contempla el ingreso de cientos de camiones con ayudas humanitarias para aliviar el hambre y las necesidades más básicas de la población. Según varios analistas independientes, este acuerdo representa, por un lado, una derrota más para Israel y su amo EE.UU. en la guerra de agresión que libran contra el heroico pueblo palestino, y por otro lado, un gran triunfo de las masas que resisten alzadas en armas.

Tras más de 15 meses de genocidio, Israel ha fracasado en el cumplimiento de los objetivos de la guerra. No ha logrado destruir a Hamás, ni acabar con la resistencia armada. Tampoco ha logrado liberar a los “rehenes” israelíes (prisioneros de guerra) capturados por la Resistencia. En lugar de exterminar la Resistencia, el acuerdo contempla la liberación de aproximadamente 1.000 prisioneros palestinos a cambio de 33 prisioneros de guerra israelíes. Entre los prisioneros palestinos que serán liberados, hay militantes de la Resistencia que nuevamente entrarán a combatir, como en el pasado lo hizo Yahya Sinwar, líder de Hamás y de la operación Diluvio de Al-Aqsa, quien fue liberado por Israel en 2011 en medio de un acuerdo en el que también se liberaron 1.000 prisioneros palestinos, y quien recientemente ofreció su vida por la liberación, muriendo heroicamente en combate.
El saldo de muertos y heridos de las fuerzas armadas genocidas les ha significado un golpe devastador. Israel ha sufrido las mayores pérdidas en una guerra desde su establecimiento como Estado en 1948. Según el Ejército genocida israelí, más de 800 muertos y 5.000 heridos se reportan entre sus filas. Sin embargo, un informe reciente del ministerio de Defensa israelí habla de 15.000 soldados heridos. Todo esto representa un alto costo económico y moral para las tropas invasoras. Ante el fracaso, altos mandos del Ejército genocida están presentado sus cartas de renuncia. Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor, Yaron Finkelman, jefe del Comando Sur del ejército israelí, han renunciado en las últimas semanas.
Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí durante aquel 7 de octubre de 2023, recién admitió ante la prensa de su país, que ordenó ejecutar la Directiva Hannibal en varios lugares cercanos a Gaza. La directiva consiste en disparar y matar israelíes capturados por la Resistencia Palestina. Es la primera vez que un alto mando de Israel admite esto, pero durante el 2024, ya varios periodistas israelíes habían informado de la aplicación de dicha directiva. El Ejército genocida de Israel tenía la orden: “ningún vehículo puede regresar a Gaza”, aunque eso significase matar a su propia gente. Todo para evitar que la Resistencia capturase vivos a israelíes, que luego deberán ser intercambiados por prisioneros palestinos. De los 1.100 israelíes muertos durante la operación Diluvio de Al-Aqsa, no está claro cuántos fueron asesinados por las propias fuerzas armadas israelíes, pero algunos medios independientes hablan de centenares.
La opinión pública internacional sigue golpeando fuertemente tanto al Estado genocida de Israel como al imperialismo yanqui, encabezado anteriormente por el genocida Biden, y ahora por el ultarreaccionario Trump. En todo el mundo siguen ocurriendo movilizaciones de solidaridad con Palestina, y los gobiernos de diferentes países, que antes apoyaban a Israel o guardaban silencio cómplice ante la invasión a Palestina, se han visto obligados a expresar su rechazo frente al genocidio. A eso se suma que el Estado genocida de Israel y sus representantes, han sido condenados en cortes internacionales por crímenes de lesa humanidad. Según palabras del propio Antony Blinken (saliente secretario de Estado de EE.UU.) Israel está aislado internacionalmente.
El castigo a las fuerzas terroristas de Israel comienza a darse en varios países. Se han documentado casos, de soldados genocidas israelíes que están siendo perseguidos en países de todo el mundo por sus crímenes de guerra. Como el caso de Yuval Vagdani, quien logró fugarse de la justicia en Brasil, luego de ser acusado por abogados de la Fundación Hind Rajab. La fundación persigue criminales de guerra israelíes por todo el mundo y su nombre hace alusión a una niña palestina de cinco años asesinada, junto a toda su familia, por el ejército israelí en enero de 2024 en Gaza. El anterior no es un caso aislado. La Israeli Broadcasting Corporation (KAN), afirma que 50 soldados israelíes están siendo perseguidos en países como África del Sur, Sri Lanka y Suecia. Gran parte de las pruebas contra esos soldados genocidas, proviene de ellos mismos, pues embriagados de la impunidad de que gozaba el Estado terrorista de Israel (auspiciada por EE.UU.) grababan los crímenes y torturas contra el pueblo palestino y los publicaban en redes sociales.
La economía de Israel sufre las consecuencias de la guerra. Israel ha perdido inversión extranjera directa, su calificación crediticia ha sido golpeada. El costo de mantener su ejército de ocupación es cada vez más dependiente del imperialismo yanqui e insostenible. Las empresas israelíes han disminuido su productividad ya que parte de su personal (reservistas) ha sido movilizado para la guerra. Israel se encuentra al borde del colapso.
Acorde a lo anterior, al interior de Israel, crecen las pugnas y contradicciones en el seno de las clases dominantes, respecto a qué hacer frente al fracaso militar, político y económico. La extrema derecha insiste en continuar la guerra. Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional de Israel, calificó el acuerdo como una “rendición completa a Hamás” y días después dimitió de su cargo, mostrando fuertes fisuras entre las fuerzas políticas de Israel. Amihai Eliyahu, ministro de Patrimonio de Israel, ha pedido lanzar una bomba atómica sobre Gaza. La única forma que ven algunos sectores de la extrema derecha para derrotar la Resistencia, es acabando con toda la población palestina. Sin embargo, les tocó tragarse sus palabras y aceptar las condiciones que la Resistencia Palestina les ha impuesto en este acuerdo de cese al fuego.
El imperialismo yanqui es arrastrado por Israel hacia una derrota muy costosa y trata de no hundirse junto a su perro guardián. En una entrevista reciente, Antony Blinken dijo: “…calculamos que Hamás ha reclutado casi tantos militantes nuevos como los que ha perdido… Los israelíes deben abandonar el mito de que pueden llevar a cabo una anexión de facto sin costo ni consecuencias para la democracia de Israel, para su reputación y para su seguridad.”
La situación actual de Israel es crítica, y su estruendoso fracaso mella profundamente el espíritu de lucha de sus fuerzas armadas genocidas, destruye la unidad del Ejército con su propio pueblo, golpea fuertemente la moral, y hace cada vez más latente la perspectiva de una derrota y destrucción del Estado sionista.
Por el contrario, la Resistencia Nacional Palestina no ha sido doblegada. La guerrilla y las masas populares palestinas siguen resistiendo al invasor. Las masas reciben a los combatientes de Hamás como héroes, la unidad del pueblo y las guerrillas se fortalece. El 15 de enero, circularon en redes sociales y medios independientes, las celebraciones en la calle del pueblo palestino, por este importante triunfo que representan los acuerdos de cese al fuego. Aunque los palestinos han pagado un altísimo costo de vidas y sangre, y han visto destruidas todas sus casas y pertenencias, su espíritu de lucha sigue en alto, la moral en alto, y la perspectiva de la liberación nacional es cada vez más latente. Además, el heroico pueblo palestino no está solo, su bandera ondea vigorosa en todo el mundo, como bandera de la liberación nacional de todos los pueblos oprimidos por las potencias imperialistas.

Los planes del imperialismo yanqui fracasaron una vez más. Su idea de pacificar Medio Oriente, y dejarlo bajo control de Israel, para poder EE.UU. priorizar la lucha con China en el pacífico, sufrió un rotundo fracaso. Aquel 7 de octubre de 2023, con el Diluvio de Al-Aqsa, la resistencia armada palestina propinó un durísimo golpe, no solo al invasor sionista, sino a los planes del imperialismo yanqui. El grito de guerra por la liberación del pueblo palestino, estremeció el mundo entero. Los pueblos oprimidos del mundo miran atentos hacia Palestina, tanto para solidarizarse, como para aprender de su heroico ejemplo en la lucha por la liberación nacional. Palestina confirma que un pueblo con menos armamento y tecnología bélica, aplicando métodos correctos de lucha armada, puede derrotar a un ejército muy poderoso armado con las tecnologías de guerra más avanzadas, provistas por el imperialismo principalmente yanqui. El pueblo palestino puede hacer esa heroica hazaña porque está defendiendo una causa justa, por la que miles de combatientes y masas están dispuestas a dar su vida, con gran orgullo de servir a la liberación de su pueblo. No son solo los combatientes de las guerrillas, es todo el pueblo palestino que está decidido a defender su tierra por todos los medios posibles, cueste lo que cueste.