El pasado sábado 19 de julio los campesinos de Valencia de Jesús -un centro poblado del municipio de Valledupar en el departamento del Cesar- agrupados en el Consejo Comunitario Barro y Arcilla y la Integración Campesina del Cesar, realizaron bloqueos en una importante vía nacional para exigir soluciones a problemáticas históricas del sector, como la falta de acceso a agua potable, la ausencia de personal médico permanente en el centro de salud local, las afectaciones a viviendas ocasionadas por la concesionaria Yuma en medio de la construcción de la Ruta del Sol 3, y la principal de todas: el problema de acceso a tierras en el marco de la reforma agraria del gobierno Petro.
Este centro poblado, más antiguo que el municipio de Valledupar, ha sido históricamente afectado, al igual que todo el departamento del Cesar y la región Caribe, por un problema fundamental en nuestro país: el latifundio. Grandes extensiones de tierra (productiva e improductiva) están concentradas en manos de unos pocos terratenientes, que han amasado su poder a través de la muy bien conocida táctica de comprar alambre y cercar tierras de campesinos para hacerse con ellas, o del desplazamiento y despojo de tierras a través de la violencia y los grupos paramilitares, que en Valencia fue de al menos 8.000 hectáreas entre 1997 y 2010. Así, grandes terratenientes y gamonales fueron acaparando la tierra en la región y llevando el monocultivo del algodón o el negocio de la ganadería, mientras los campesinos “no tenemos para sembrar ni una mata de yuca”, como dicen muchos en el sector, y continúan esperando la devolución de sus tierras. Las familias campesinas se ven obligadas a arrendar tierras de otros para poder trabajar y sacar sus cosechas o a trabajar en oficios ajenos a la agricultura, para las ladrilleras, las empresas multinacionales de energía solar o en la construcción.
La pobreza, falta de oportunidades y miseria que conviven junto a la gran riqueza del latifundio, sumado a la frustración (generalizada en varias zonas de la región) de haber realizado durante meses cada uno de los trámites burocráticos e institucionales solicitados por la Agencia Nacional de Tierras sin tener respuestas de la prometida reforma agraria del gobierno, han despertado en el campesinado de Valencia una chispa de rebeldía, llevándolo a pasar de la espera pasiva a la movilización activa para exigir sus derechos y a ver en la toma y recuperación de predios el camino para conquistar la tierra.
Es en este marco que los campesinos agrupados en las asociaciones mencionadas, comienzan a organizarse y convocar reuniones, donde expresaron que están cansados de esperar y que es hora de ir a la acción y presionar a las instituciones para que den respuestas; o en palabras de un campesino que dijo con gran entusiasmo: “¿Cuándo comenzamos? Ya tengo listo mi machete”. En estas reuniones los compañeros deciden organizar el bloqueo de la vía para el día 19 de julio, allí se conformaron las comisiones de: guardia campesina para la defensa; propaganda para invitar a la comunidad a sumarse a la actividad y realización de telas y carteles; logística general del bloqueo; y política, encargada de agitar las exigencias de la comunidad y del diálogo con funcionarios.
Eran las 6:00am cuando empezaron a llegar personas al punto de bloqueo, comenzaron a preparar la logística recogiendo los troncos de árboles que habían sido cortados desde el día anterior, llantas y todo tipo de artefactos para bloquear la vía. A las 6:15am ya estaban paralizados los 4 carriles de la vía, cada comisión realizaba su tarea con entrega y entusiasmo, se agitaban palabras desde un megáfono contando los motivos de la protesta y se agitaban consignas como: “¿Quiénes somos? ¡Campesinos! ¿Qué queremos? ¡Tierra! ¿Para qué? ¡Para trabajarla!”. Así, lograron sostener un bloqueo intermitente por aproximadamente 6 horas, desbloqueando cada 2 horas durante 10 minutos para permitir el flujo de vehículos. Mantuvieron siempre en alto el ánimo de las casi 100 personas que se sumaron a la acción, dentro de las cuales también había líderes de las veredas La Guitarra y El Cielo, que al enterarse llegaron a apoyar y difundir sus problemáticas. A todos los unía un solo sueño y una sola lucha: la de tener un pedazo de tierra para vivir y trabajar y la de ver a su pueblo tener condiciones dignas de vida.
Fruto de la presión, siendo las 10:20am llegaron 2 funcionarios, el secretario de Gobierno de Valledupar y la directora del hospital local Eduardo Arredondo Daza. Varios delegados de la comisión política atendieron la visita y se comenzó un diálogo en presencia de la comunidad, donde varias personas intervinieron para contar sus problemáticas y se pusieron sobre la mesa las exigencias de los campesinos en lucha. Aún con los funcionarios presentes y a pesar de sus intentos por desmovilizar, en ningún momento se desbloqueó la vía ni se dejó de agitar hasta que se lograron establecer algunos acuerdos, entre los cuales están: el establecimiento de una mesa de diálogo con la directora del hospital para solucionar el problema de personal médico, agendada para el miércoles 23 de julio y convocar una mesa de diálogo con la Agencia Nacional de Tierras a nivel local y nacional donde se den respuestas frente a la entrega de tierras para la comunidad, asignada para el 30 de julio.
La jornada cerró con enérgicas intervenciones de los compañeros movilizados, donde celebraban el éxito de la jornada y los esfuerzos de cada asistente, resaltaron el papel de la lucha popular y la movilización como camino para conquistar los derechos. Con unas pocas horas de bloqueo, hubo más avances que durante meses de trámites y gestiones institucionales, lo que demuestra una vez más el carácter del Estado y sus instituciones, hechas para poner trabas al pueblo y al campesinado en su lucha por conquistar tierra y mejores condiciones de vida. También en las intervenciones, resaltaron que solo con la fuerza de un campesinado organizado que se atreva a tomar la tierra en sus manos, se abrirá el camino para destruir el latifundio, responsable de todos sus males. Por último, se cerró con un llamado muy importante a no dejar que los avances alcanzados con el bloqueo detengan la movilización, sino que por el contrario la impulsen para continuar en resistencia hasta tener una solución definitiva a las exigencias y se dejó claro un precedente: en caso de cualquier incumplimiento por parte de las instituciones y sus funcionarios, ya no serán solo bloqueos, sino que los mecanismos de lucha se van a elevar hasta donde sea necesario para obtener los reclamos del campesinado.
El campesinado de Valencia de Jesús ha comenzado a confiar en sus propias fuerzas, a dejar de creer en las falsas promesas de las instituciones, de que la tierra va a llegar esperando pasivamente y sin movilización y ha demostrado estar dispuesto a hacer lo que sea necesario por conquistarla. Su lucha hace parte del camino democrático que está reavivando el movimiento campesino en nuestro país.