Fuente: DANE

Según un informe del DANE publicado en julio, si se contabilizara el valor económico del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado (TDCNR) para el 2021, en términos de producto interno bruto (PIB) representaría alrededor de 19,6% de la actividad económica y sería el renglón más grande de la economía. De este trabajo que para el 2021 representó 41.062 millones de horas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, 31.914 millones de horas fueron realizadas por mujeres (el 77,7%), en contraste con 9.148 millones de horas por hombres (el 22,3%).

Estas cifras muestran la gran importancia de la mujer para la sociedad y el gran esfuerzo de las mujeres laboriosas de nuestro país, pero también la doble explotación a la que son sometidas. Las tareas del hogar, el cuidado de hijos, enfermos y ancianos, son un trabajo imprescindible para el sostenimiento de la sociedad cuyo pago debería estar incluido dentro de los salarios de la familia. Al ser trabajo gratuito, las grandes empresas que controlan la economía del país ahorran millonarias sumas (a tal que punto que si se pagara sería el renglón más grande del PIB) y pueden mantener muy bajos salarios y sobrexplotar a los trabajadores. Así se materializa la doble explotación a la que son sometidas las mujeres. Son los grandes ricos los que se ven directamente beneficiados por todo este trabajo gratuito de la mujer. Por esto el sistema capitalista lejos de buscar la igualdad para la mujer, genera y refuerza todo un sistema de ideas y costumbres machistas donde es responsabilidad principal de las mujeres encargarse de criar, mantener y reponer la fuerza de trabajo. El trabajo doméstico y de cuidado debería ser un trabajo valorado, compartido, remunerado y asumido socialmente.