Primera parte: Acerca del maoísmo.
Desde Nueva Democracia compartimos el siguiente artículo que nos hace llegar el CIEM (Círculo de Investigaciones y Educación Marxista)
Este año, revolucionarios en todo el mundo, conmemoran los 130 años del nacimiento del Presidente Mao Tse-Tung. Específicamente, el 26 de diciembre se conmemora esta importante fecha, sin embargo, desde este mes, y en cada próxima edición, publicaremos materiales y artículos que ayudarán al lector a comprender la importancia del Presidente Mao Tsetung para la Revolución Mundial.
“Los imperialistas y todos los reaccionarios son tigres de papel.”
— Presidente Mao Tsetung
El Presidente Mao Tsetung fue el dirigente, de dos de los más grandes logros, que la clase obrera ha alcanzado a nivel mundial en su lucha contra el capitalismo y por el comunismo. Estos dos hitos son el triunfo de la Revolución China (1949) y la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976). Es el continuador de Marx y Lenin, y en su momento fue el máximo dirigente del proletariado internacional, con gran reconocimiento a nivel mundial por los logros de la revolución china y por su indoblegable lucha contra el revisionismo y la restauración capitalista en la Unión Soviética.
En el trascurso de su vida como dirigente comunista, realizó importantes contribuciones a la ideología del proletariado, contribuciones en las tres partes del marxismo: la filosofía marxista, la economía política marxista y el socialismo científico. Dada la importancia de sus contribuciones, la ideología del proletariado alcanzó una nueva etapa de desarrollo, pasando del marxismo-leninismo de aquella época, al marxismo-leninismo-maoísmo de nuestros días.
Aunque algunos Partidos Comunistas en el mundo, desde los años 60 y 70 llegaron a hablar de maoísmo o se definieron como maoístas, es a finales de los años 80 cuando el Partido Comunista del Perú, dirigido por Abimael Guzmán Reynoso, mejor conocido como el Presidente Gonzalo, sustentó por qué los planteamientos del Presidente Mao Tsetung, constituían una tercera, nueva y superior etapa del marxismo, lo cual plasman en uno de sus documentos fundamentales, titulado “Sobre el marxismo-leninismo-maoísmo” (PCP).
El Presidente Mao Tsetung realizó una aplicación creadora del marxismo-leninismo a las condiciones concretas de la revolución China, resolviendo problemas que el marxismo-leninismo aún no había podido resolver. Sus planteamientos acerca de que el camino de la Revolución China debía ser del campo a la ciudad, es decir, que la revolución debía comenzar a hacerse fuerte en aquellas regiones apartadas, derrotando al enemigo allí donde éste era más débil, y estableciendo Nuevo Poder en la regiones montañosas, de la mano del campesinado pobre como fuerza principal de la revolución china, bajo la dirección del proletariado a través de su Partido Comunista, entre otros planteamientos, le ocasionaron críticas y hasta burlas al interior del Partido Comunista de China (PCCh) durante los primeros años de la revolución (década de 1920). Sin embargo, los duros fracasos del PCCh bajo la dirección de líneas erróneas, en contraste con los avances de las zonas guerrilleras bajo la dirección del Presidente Mao Tsetung, le demostraron a todo el Partido cuál era la línea política correcta para la revolución china y en 1935 fue nombrado dentro del Partido como secretario general, momento a partir del cual se ganaría el reconocimiento de todo el Partido y el pueblo chino, como jefe y gran timonel de la revolución en aquel país, dirigiendo la guerra de resistencia contra la invasión japonesa, la Revolución de Nueva Democracia, la construcción del socialismo y la Gran Revolución Cultural Proletaria hasta su fallecimiento en 1976.
Al respecto de su vida, en el documento anteriormente mencionado, se hace un breve resumen:
“Así de la biografía del Presidente Mao Tsetung podemos decir que, nacido el 26 de diciembre de 1893, abrió los ojos en un mundo agitado por las llamas de la guerra; hijo de campesinos tenía siete años cuando la «Guerra de los boxers»; estudiante para maestro estaba por los dieciocho cuando se derrumbó el imperio, se alistó como soldado para después ser gran organizador de campesinos y jóvenes, en Junán su tierra natal. Fundador del Partido Comunista y del Ejército Rojo de obreros y campesinos; estableció el camino de cercar las ciudades desde el campo, desarrolló la guerra popular y con ella la teoría militar del proletariado; teórico de la Nueva Democracia fundó la República Popular; gestor del Gran Salto Adelante e impulsor del desarrollo del socialismo; guía de la lucha contra el revisionismo contemporáneo de Jruschov y sus secuaces, jefe y mando de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Estos son hitos que jalonan una vida dedicada cabal y plenamente a la revolución.” (PCP)
Al respecto de los aportes del Presidente Mao Tsetung al marxismo-leninismo, el Presidente Gonzalo, en una entrevista concedida en 1988 desde la clandestinidad, destaca algunos de ellos:
“Para nosotros, el marxismo es un proceso de desarrollo y este grandioso proceso nos dio una nueva, tercera y superior etapa. (…) Decimos esto porque viendo las tres partes integrantes del marxismo es claramente evidente que el Presidente Mao Tsetung desarrolló cada una de estas tres partes.
Así, simplemente para enumerar: en la filosofía marxista nadie puede negar su grandioso desarrollo en la dialéctica, centralmente en la ley de la contradicción estableciendo que es la única ley fundamental; si nos colocamos el problema de la economía política, podemos decir que en este campo basta destacar dos cosas: uno, para nosotros de peso inmediato y concreto, el capitalismo burocrático, y, dos, el desarrollo de la economía política del socialismo, pues, en síntesis, podríamos decir que es él quien realmente estableció y desarrolló la economía política del socialismo; en cuanto al socialismo científico bastaría destacar la guerra popular, pues, es con el Presidente Mao Tsetung que el proletariado internacional logra una teoría militar cabal, desarrollada y nos da así la teoría militar de la clase, del proletariado, con aplicación en todas partes.
Creemos que estas tres cuestiones nos demuestran que hay un desarrollo de carácter universal. Visto el problema de esta manera, entonces estamos frente a una nueva etapa y la llamamos tercera, porque el marxismo tiene dos etapas precedentes: la de Marx y la de Lenin, de ahí que hablemos de marxismo-leninismo. En lo pertinente a superior: en el maoísmo, la ideología del proletariado universal alcanza el más alto desarrollo adquirido hasta hoy, su nivel superior; sin embargo, en la comprensión de que el marxismo es una – disculpen la reiteración – unidad dialéctica que da grandes saltos y esos grandes saltos son los que generan etapas. Así, para nosotros, lo que existe en el mundo hoy es marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo.” (Presidente Gonzalo)
La Gran Revolución Cultural Proletaria, ha sido destacada como uno de los hitos más importantes en la lucha del proletariado por una nueva sociedad sin clases ni explotación. Desde Lenin, y con el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia (1917), el proletariado se había enfrentado al problema de cómo continuar la revolución una vez conquistado el poder. Lenin planteó que: “La dictadura del proletariado es la guerra más abnegada y más implacable de la nueva clase contra un enemigo más poderoso, contra la burguesía, cuya resistencia se halla decuplicada por su derrocamiento (aunque no sea más que en un solo país) y cuya potencia consiste, no sólo en la fuerza del capital internacional, en la fuerza y la solidez de las relaciones internacionales de la burguesía, sino, además, en la fuerza de la costumbre, en la fuerza de la pequeña producción. Pues, por desgracia, ha quedado todavía en el mundo mucha y mucha pequeña producción y ésta engendra al capitalismo y a la burguesía constantemente, cada día, cada hora, por un proceso espontáneo y en masa. Por todos estos motivos, la dictadura del proletariado es necesaria, y la victoria sobre la burguesía es imposible sin una lucha prolongada, tenaz, desesperada, a muerte, una lucha que exige serenidad, disciplina, firmeza, inflexibilidad y una voluntad única.” (La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, 1920)
La Gran Revolución Cultural Proletaria es la continuación de la revolución dentro del socialismo, pues considerando que, dentro del socialismo aún existe la pequeña producción, que ésta engendra capitalismo y burguesía constantemente y que la fuerza de la costumbre y las viejas ideas permanecen por muchos años, el Presidente Mao Tsetung, aplicando las enseñanzas de Lenin, planteó la solución al problema: movilizando a las masas populares para criticar, y si es necesario derrocar, a aquellos dirigentes y autoridades que estuviesen desviándose del camino socialista y estuviesen promoviendo la restauración del capitalismo en China. Entre los años 1966 y 1976 el movimiento de crítica contra las viejas costumbres, contra las ideas burguesas como el individualismo, la competencia, el trabajar para sí mismo y no para el colectivo, el desprecio al trabajo, el querer sacar provecho personal de posiciones de liderazgo, entre otras ideas erróneas, fueron criticadas ampliamente por las masas populares. Esto generó una movilización sin precedentes en la historia de la humanidad, donde millones de obreros y campesinos asumieron aún más las riendas de la sociedad y la construcción del socialismo, bregando por mantener las banderas rojas en alto, combatir las desviaciones y conjurar la restauración del capitalismo en China. Aún con esta gran movilización de las masas, dirigidas por los maoístas en China, algunos elementos dirigentes, que ocupaban alto cargos dentro del PCCh, el Ejército y el Estado se habían corrompido y convertido en adoradores y defensores del capitalismo, camuflados entre las filas revolucionarias hacían lo posible por oponerse a la revolución cultural, y la lucha contra ellos cada vez se tornaba más hostil.
Durante los años 60 y 70, el Presidente Mao Tsetung planteó que no estaba resuelto quien vencería a quien, que si se abandonaba la lucha de clases se produciría “fatalmente una restauración contrarrevolucionaria en escala nacional, el partido marxista-leninista se transformaría en partido revisionista o fascista y toda China cambiaría de color”, y a su compañera, la gran dirigente comunista Chian Ching, le planteó que si los revisionista usurpaban el poder proletario, entonces los comunistas debían volver a Yenan, es decir, regresar al campo para volver a desarrollar guerra popular contra la nueva clase explotadora que había usurpado el poder.
En septiembre de 1976, el Presidente Mao Tsetung fallece y en octubre los revisionistas en altos cargos del Partido, Ejército y Estado aprovechan para dar un golpe contrarrevolucionario, encarcelando a miles de dirigentes y militantes maoístas, entre ellos Chian Ching, y generando una campaña de desprestigio contra ellos y contra la Gran Revolución Cultural Proletaria, campaña en convergencia con las potencias imperialistas que también dispararon todo tipo de difamaciones contra la dictadura del proletariado y la revolución cultural, “furibundos y ciegos ataques de embrutecidos académicos y plumíferos del viejo orden, envilecidos de podrida ideología burguesa, dispuestos a defender la vieja sociedad que parasitan.” (PCP) Desde septiembre de 1976, hasta nuestros días, China es gobernada por un Partido fascista que ha conducido a China por el camino capitalista, convirtiéndola en una potencia mundial imperialista y conservando para sus planes el ropaje de “comunistas”, con el objetivo de engañar al pueblo chino y a los pueblos del mundo. Toda esta experiencia y ejemplar vida de lucha del Presidente Mao Tsetung, ha dado a los pueblos del mundo un arma de valor incalculable: el maoísmo como tercera, nueva y superior etapa del marxismo. Arma con la que el proletariado y los pueblos del mundo pueden alcanzar nuevas alturas en la lucha por una nueva sociedad. A pesar de la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y en China, los comunistas y revolucionarios en todo el mundo, hoy están más y mejor preparados ideológica y políticamente para desarrollar la revolución en sus propios países como parte de la Revolución Proletaria Mundial. En próximas ediciones, profundizaremos en algunos de los aportes del Presidente Mao Tsetung que en este artículo se han mencionado.