Compartimos este articulo encontrado en el Heraldo Rojo frente a las protestas masivas del pueblo en Panamá
Tras el anuncio del 20 de octubre del gobierno de Panamá, donde se le concedía una moratoria de 20 años a la empresa canadiense First Quantum Minerals (FQM), el pueblo de Panamá salió a las calles mostrando su rechazo, lo que provocó cortes de carreteras, con respectivos cortes de suministros y alimentos, y pérdidas económicas importante, y, sobre todo, una situación que el gobierno de Panamá no ha podido controlar. Hemos reportado de forma más extensa sobre las manifestaciones previas.
Desde el gobierno de Panamá, dirigido por Laurentino Cortizo, han intentado detener a los manifestantes contra la empresa minera, que exigen una cesión inminente de la minería en el país. Mediante a represión policial, que ha estado presente en todas las manifestaciones, en total más de 562 personas han sido procesadas por vandalismo como un vago intento de detener la lucha popular.
El domingo 29 de octubre, el presidente ha dado un nuevo paso en su intento por parar las protestas populares y ha anunciado una votación para mantener o derogar la Ley 406. Ésta es la ley firmada el pasado lunes, y únicamente trata sobre el contrato de explotación de la mina entre el Estado de Panamá y la empresa extranjera FQM. Según el Laurentino Cortizo, el 17 de diciembre de este mismo año habrá una votación popular para decidir a cerca de la continuación de la ley. Cortizo, no duda en aclarar que “cuyo resultado será de obligatorio cumplimiento”.
Sin embargo, se han visto en múltiples ocasiones como la ley burguesa nunca es respetada si no sirve a los intereses imperialistas. Sin ir más lejos, la propia primera concesión con la empresa FQM fue declarada como inconstitucional por parte del Tribunal Supremo. Esta empresa llevaba trabajando en la mina, la más importante de Centro América y que supone entre el 4% y el 5% del PIB anual de Panamá, y “sólo” se tardaron casi dos décadas en comprobar su legitimidad.
Sin embargo, el Estado de Panamá sabe que no puede renunciar a este contrato tan fácilmente. Y aunque ahora haga promesas de respetar la democracia y dejar al pueblo elegir el contrato firmado con la empresa, mostraba cómo vendía el país a empresas extranjeras. En el contrato se incluían cesiones y capacidad de extraer minerales en zonas fuera de la demarcada o la potestad de FQM de avalar a otras empresas par explorar otros minerales y solicitarl posteriormente al Estado su extracción, entre otras.
Ante los falsos demócratas que venden la tierra a empresas monopolistas, el pueblo de Panamá continúa luchando durante más de una semana. Las instituciones burguesas ahora tratan de calmar los ánimos y desarticular la lucha, pero el pueblo no olvida y no se deja engañar dos veces de la misma manera.