Desde finales del 2023 se empezó a gestar una oleada de protestas que se ha extendido y fortalecido por toda Europa. Algunas de las primeras manifestaciones ocurrieron a finales del año pasado, cuando agricultores de varios países fronterizos con Ucrania, bloquearon carreteras para impedir el ingreso de cereales ucranianos.
Luego, en la primera semana de diciembre, en Cahors, Francia, cientos de agricultores arrojaron toneladas de estiércol y heno en edificios gubernamentales, exigiendo mejores condiciones y regulación para vender sus productos, pues afirman que están trabajando a pérdida, debido al aumento en los costos de producción y al ingreso de productos agrícolas provenientes de otros países a menor precio.
Una semana más tarde, pero esta vez en Berlín, Alemania, miles de agricultores se movilizaron en sus tractores para protestar en contra de la decisión del gobierno, de acabar con ayudas al diésel agrícola (combustible), el cual es necesario para hacer funcionar las máquinas que usan los agricultores en el campo.
Empezando el 2024, el 10 de enero, en Rumanía, campesinos y conductores de camiones han bloqueado el tráfico en varias carreteras del país y a lo largo de la frontera con Ucrania. También protestan contra la importación de granos ucranianos, los cuales están ingresando a la Unión Europea (UE) sin aranceles y están ocasionando la quiebra de los productores locales. La respuesta del Estado fue promesas y represión: varios manifestantes arrestados y licencias de conducción suspendidas para algunos conductores de camión que participaban.
El 29 de enero, miles de agricultores franceses tomaron sus tractores y se encaminaron hacia la capital París, con el objetivo de sitiarla bloqueando varias autopistas. La respuesta del Estado fue desplegar miles de policías para impedir la llegada de los granjeros hasta la capital. Días más tarde, los agricultores españoles llevaron a cabo fuertes protestas, con las cuales bloquearon decenas de carreteras en todo el país. Una de las acciones más importantes fue el bloqueo del centro logístico de Mercadona en la ciudad de Antequera, donde los agricultores exigían precios justos para sus productos. Mercadona es una de las principales cadenas de supermercados de España, acción que fue reprimida por los antidisturbios, quienes lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma.
El 26 de febrero, cientos de agricultores realizaron una nueva jornada de protestas en Bruselas. Allí se presentaron enfrentamientos con la policía, contra la cual los manifestantes lanzaron estiércol, huevos, botellas y levantaron barricadas con neumáticos para defenderse.
Los anteriores son solo algunos ejemplos, pero la lista de movilizaciones por todo el continente europeo es bastante extensa, ya que durante enero, febrero y marzo se han mantenido las protestas y bloqueos en carreteras de Alemania, Bélgica, Países Bajos, Francia, España, Rumanía, Polonia, Italia, Grecia, Portugal, entre otros. Algunas de ellas con enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas represivas del Estado. Algunas de las causas o razones que han llevado a los agricultores a tomar las vías de hecho y salir a las calles a bloquear y protestar son:
1- El aumento en los costos de producción debido al encarecimiento de varios insumos necesarios en la producción agrícola. Por ejemplo, los precios de combustibles debido a la guerra de invasión de Rusia contra Ucrania, a lo cual se suma el hecho de que, algunos gobiernos como el de Alemania y Francia pretenden eliminar las ayudas, o exenciones tributarias, que reciben los agricultores para el diésel agrícola, lo cual agrava el problema. También los fertilizantes y la electricidad han aumentado sustancialmente sus precios.
2- Imposición de medidas ambientales a los agricultores. El parlamento europeo, a través del Pacto Verde Europeo, y reformas a la Política Agraria Común (PAC), busca imponer medidas, impuestos y restricciones ambientales a la producción agrícola. Algunas de las medidas que más se han mencionado son obligar a los agricultores a que dediquen 4% de sus tierras a actividades no productivas, reducir el uso de fertilizantes en un 20% y realizar rotación de cultivos. Medidas con las cuales, según los manifestantes, se aumentan los costos de producción. Además, los agricultores denuncian que, mientras a ellos se les imponen mayores medidas y controles ambientales, a los productos importados, provenientes de otros países, no se les exige igual, por lo tanto, la competencia es totalmente desigual.
3- Debido a la guerra de invasión en Ucrania, la Unión Europea levantó las restricciones a las importaciones provenientes de dicho país. En particular el ingreso de cereales tiene en graves problemas a los agricultores europeos, ya que Ucrania es uno de los principales países productores de granos en el mundo, y el ingreso sin aranceles de sus productos, a otros países europeos, ocasiona una caída de los precios y la imposibilidad para los agricultores locales de competir, trabajando a pérdida.
4- El papel de los intermediarios. Mientras los campesinos están recibiendo precios bajos por sus productos, muchos de esos productos han aumentado sus precios en los supermercados, donde son adquiridos por el consumidor final, sin embargo, ese aumento de los precios se lo están quedando los intermediarios, que son principalmente el capital financiero y las grandes cadenas de distribución y supermercados, en manos de los grandes monopolios.
Hay más reivindicaciones de los agricultores, pero estas son algunas de las más mencionadas en diferentes medios de comunicación que han cubierto las protestas. Mientras tanto, los gobiernos de cada país han respondido de dos formas: con promesas para mitigar la lucha y con represión cuando las masas han expresado su combatividad y firmeza en los bloqueos y en los enfrentamientos con las fuerzas de represión policial.