Compartimos esta traducción no oficial de un artículo encontrado en A Nova Democracia.
La extrema derecha ha crecido en el Parlamento Europeo, según las primeras proyecciones de los votos emitidos en las elecciones celebradas entre el 6 y el 9 de junio. Marcadas por una baja participación del 51% del electorado, hecho asociado a la campaña de boicot electoral promovida por los revolucionarios en varios países europeos, las elecciones reunieron a candidatos de 27 países, entre ellos Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Eslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Polonia, Rumanía y la República Checa.
El proceso electoral se desarrolla en cada país, cada uno con sus propias reglas. Los ciudadanos votan a partidos de su propio país, que forman coaliciones con organizaciones de otros países para ocupar los 720 escaños del Parlamento.
En Alemania, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) quedó tercero, por detrás de la reaccionaria Unión Cristianodemócrata de Ursula von der Leyen y la Unión Socialcristiana. La AfD obtuvo un aumento del 5% respecto a su último resultado en 2019. Se prevé que el Partido Demócrata Cristiano de Alemania obtenga el 29,5% de los votos.
En Francia, la coalición de extrema derecha llamada Identidad y Democracia reunió la mayoría de los votos, impulsada por el partido Reconstrucción Nacional (RN). RN acumuló más del doble de votos que el partido Renacimiento del actual presidente Emmanuel Macron. Renacimiento quedó en segundo lugar, con el 14,60%, y Unión Nacional sumó el 31,3%. Tras los resultados, Macron disolvió la Asamblea Nacional de Francia y programó nuevas elecciones para el 30 de junio y el 7 de julio.
En el sur del continente europeo, el partido Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, se llevó la mayoría de los votos (28,8%) y obtuvo 24 escaños. La coalición Identidad y Democracia también obtuvo 8 escaños en las elecciones italianas.
Otro líder que impulsó a su propio partido fue Viktor Órban, del partido húngaro Fidesz. Fidesz se presentó en coalición con el Partido Popular Demócrata Cristiano y se hizo con el 43,8% de los votos, es decir, 10 escaños en el Parlamento. A pesar de la ventaja, se trata de un descenso de casi el 10% respecto a 2019.
En Bélgica, el partido de extrema derecha Vlaams Belang avanzó, junto con la reaccionaria Nueva Alianza Flamenca, el partido más grande del país. Los dos partidos obtuvieron tres escaños cada uno. En Austria, el Partido de la Libertad, también de extrema derecha y miembro de la coalición internacional Identidad y Democracia, fue el vencedor.
En países como Rumanía, Polonia y Eslovaquia, la extrema derecha no se llevó las elecciones.
En toda Europa, los revolucionarios denunciaron las elecciones como un intento de legitimar el orden reaccionario. «La Unión Europea nació como una alianza de imperialistas y sigue siéndolo hoy. No hay posibilidad de una Europa ‘social’ o ‘democrática’ bajo el imperialismo. Por eso llaman a una alta participación: quieren legitimar los proyectos reaccionarios del imperialismo ante la opinión pública», dice una declaración conjunta firmada por organizaciones de Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Holanda, Noruega y España.
El documento denuncia también los proyectos de dominación imperialista, tanto contra las naciones oprimidas en las regiones europeas como en el resto del mundo, y el proceso de militarización de Europa, especialmente desde el inicio de la guerra de agresión imperialista rusa contra Ucrania. Por otro lado, los revolucionarios exaltan las luchas revolucionarias y populares en curso en el mundo, como la guerra de liberación nacional del pueblo palestino, las protestas que han tenido lugar en Francia y las jornadas de manifestaciones de los campesinos europeos. Es un conjunto de fenómenos que lleva a los activistas a concluir la necesidad de elevar la organización y la lucha revolucionaria de las masas. «La bandera azul de las 12 estrellas está más baja que nunca. Levantemos bien alto la bandera roja», concluyen.
Los activistas lanzaron una campaña con el lema ¡Abajo la alianza imperialista! Boicot a las elecciones del «Parlamento Europeo». Adoptó la forma de agitaciones, protestas, pancartas y pintadas.
Además de los firmantes del documento, organizaciones de Grecia, Galicia e Irlanda compartieron la carta y participaron en movilizaciones para boicotear las elecciones al Parlamento Europeo.