
El 7 de octubre de 2023, el brazo armado de Hamas desplegó la operación Diluvio de Al-Aqsa e incursionó en territorio ocupado por colonos y fuerzas sionistas, operación militar exitosa que arrancó con el ataque de drones a puntos de observación y torres de vigilancia, la detonación de explosivos en la muralla que confina a los palestinos, la infiltración de una fuerza armada especial, que atravesó las aberturas hechas en los muros para asaltar las posiciones enemigas, sumada a la incursión por aire, a través del primer asalto usando parapentes en la historia bélica, seguido de incursiones mediante lanchas y botes por mar, y andanadas de cohetes artesanales que se dispararon desde Gaza. Todo lo anterior, demuestra una operación militar cuidadosamente planeada y ejecutada, que sorprendió al sionismo y al imperialismo norteamericano. Una vez realizada con éxito su ofensiva, la resistencia se replegó al interior de Gaza, hacia lo que se conoce como el sistema de túneles o el “metro de Gaza”, para obligar al enemigo sionista a pelear en un terreno desfavorable para el invasor y favorable para la Resistencia. Es de esta forma que, desde el 7 de octubre ocurre un cambio radical, en la geopolítica en el medio oriente y el mundo entero, viéndose el imperialismo norteamericano embrollado en otro conflicto, desatando una respuesta popular mundial que condena los crímenes de los sionistas y los gringos en Gaza. La solidaridad mundial contra el sionismo y contra los imperialistas gringos, recorrieron todas las calles del mundo, dándole un alcance político mundial al conflicto y es de esa manera que se inscribe el 7 de octubre, como una voz de mando para las fuerzas antiimperialistas y revolucionarias en el mundo.
Haciendo una retrospectiva del conflicto, cabe destacar que los sionistas venían desplegando los acuerdos de Abraham con varios países de la órbita islámica: Arabia Saudita, Egipto y Jordania. Con dichos acuerdos, Israel buscaba salir del aislamiento, pues se encuentra rodeado de países potencialmente enemigos. También apuntaba a aislar y sepultar la causa palestina, logrando dividir a los pueblos musulmanes, creando una corriente de países musulmanes vendidos al imperialismo. Es en ese contexto que la resistencia en Gaza lanza la operación Diluvio de Al-Aqsa, para combatir al sionismo y el genocidio, pero también contra los acuerdos de Abraham. Es en ese contexto, que vemos cómo el mundo entero toma las calles, en solidaridad con la causa palestina, mientras que algunos gobiernos de la esfera islámica, mantienen aún cierta cordialidad con el verdugo sionista.
La resistencia palestina, al enfrentarse a uno de los ejércitos mejor armados del mundo y en contra del sistema de espionaje mejor armado y entrenado que existe, tuvieron que llevar a cabo una operación militar sin precedentes. Un alto secretismo, disciplina y el elemento sorpresa, aseguraron el éxito de los objetivos y el triunfo de la operación. Las fuerzas sionistas, completamente sorprendidas por esta heroica acción, fueron obligadas a entrar en Gaza, en un combate urbano donde perderían parte de la ventaja militar y tecnológica con que cuentan. Por su parte, la resistencia armada palestina, cuenta con un gran respaldo de las masas en Gaza, que desde la operación Diluvio Al-Aqsa, han demostrado apoyo a la causa. En apariencia Israel dominaba las ruinas y calles de Gaza, pero los túneles subterráneos son completamente manejados por la resistencia y sirven para sostener una guerra de resistencia que se ha extendido por más de un año y medio. Con estos túneles y el apoyo popular, no ha habido día en el que la resistencia no aseste golpes a los invasores.
El plan de los sionistas para recuperar los rehenes y derrotar a la resistencia, implicaba la división de gaza en dos partes: Norte y Sur. Luego cercar y bloquear los accesos, rutas y carreteras, para llevar a cabo un asedio de manual, que implica no solo el hambre y muerte de los gazaties, sino la penetración del ejército sionista para ir arrasando con todo y dejar la ciudad deshabitada y a sus habitantes masacrados. Para después, construir sobre las ruinas palestinas los asentamientos de colonos sionistas. Es en ese marco, que Hezbollah en el Líbano, inicia una serie de ataques y asaltos contra los sionistas, en apoyo a Palestina y llama a una guerra contra Israel, hasta que éste desista de sus operaciones en la franja de Gaza. El conflicto en el norte trajo consecuencias nefastas para el sionismo, que tuvo que atender a cerca de 250 mil de sus colonos, que fueron desplazados debido a los ataques de Hezbollah.
Los sionistas, en lo que va del conflicto, han recibido las bajas y pérdidas que no habían recibido desde la guerra del Yom Kippur, es decir, desde hace más de 50 años. No solo eso, sino que además Yemen declara la guerra a Israel e inicia el ataque de buques sionistas, de buques comerciantes y navíos de propiedad británica y gringa en el estrecho Mandeb, lo que llevó a empeorar y desgastar no solo a la bestia sionista, sino al imperialismo yanqui. La ayuda prestada por Yemen a la resistencia es invaluable, ya que obliga a los navíos sionistas a dar un rodeo, que implica aumentar los gastos de transporte de mercancías hasta Israel, cerca de tres veces su coste.
En octubre de 2024, Israel lleva adelante la invasión al Líbano, luego de que hiciera estallar dispositivos electrónicos de comunicación en poder de la resistencia, además de bombardeos sistemáticos y la eliminación de varios líderes de Hezbollah. Sin embargo, el plan propuesto por los sionistas de crear una zona colchón y de seguridad en la frontera con Líbano, de 7 a 12 kilómetros de profundidad, sufre un grave revés. Hezbollah logró demostrarle al mundo las costuras del ejército sionista, que, tras cuatro meses de operaciones, solo logró avanzar entre 2 y 5 kilómetros. En contra del genocidio palestino, no solo se sumó Yemen y Hezbollah, sino que además las milicias iraquíes chiitas, que han atacado en reiteradas ocasiones con drones y cohetes a Israel, llevándolo a dividir sus fuerzas y a dispersarse, peleando en varios frentes.
La presión del imperialismo norteamericano, que desea retirar sus fuerzas y recursos del medio oriente para desplazarlos al sur de Asia, y concentrar fuerzas en su futura guerra contra China, ha obligado a Trump a presionar a Netanyaju para finalizar la guerra. El tiempo no favorece al sionismo y una parte del pueblo gazatí, manipulado por la propaganda sionista, ha comenzado a realizar protestas en contra de Hamas, pidiendo un alto al fuego. Israel parece presionar en ese sentido a sus lacayos en medio oriente, y tratar de sacar provecho de los acuerdos de Abraham. Bajo esa presión, el rey Abdullah II de Jordania, llamó a desalojar Gaza y denigró de la lucha armada de Hamas. Ahora el sionismo, consciente de la fuerza de la resistencia, hace un esfuerzo desesperado por separar el frente de resistencia y las masas, y así poder aplastar al movimiento y obtener su victoria militar.
Momentáneamente, Israel se ha beneficiado de la situación en Siria, que sufrió una transformación a manos de los turcos y sus fuerzas mercenarias que tomaron el poder, mientras, paralelamente los sionistas aprovecharon para tomar territorios sirios, destruir casi toda la infraestructura importante del país y garantizar cierta seguridad en su frontera con Siria. Recientemente, Al Golani manifestó su disposición de firmar los acuerdos de Abraham, lo que sería un leve alivio para el sionismo y demuestra el grado de debilidad y complicidad de los turcos con Israel. Ello se debe a diversos factores, como las fuertes protestas que hay al interior de Turquía, que ponen en aprietos a Erdogan y el congelamiento de los planes militares de los turcos para derrotar a los kurdos en el norte de Siria.
El eje de la resistencia ha sobrevivido cerca de 18 meses de guerra contra Israel, y pese a las bajas y pérdidas, la situación es favorable para que la resistencia crezca orgánicamente y Gaza sea una ciudad que continuará siendo un foco de enemigos para Israel, y una fuente de problemas para su seguridad nacional. El frente de la resistencia ha logrado avanzar en la unidad de los distintos grupos que operan contra Israel, llegando a acercar y estrechar vínculos entre las facciones chiitas y sunitas del islam, lo cual representa un peligro estratégico para Israel y su futuro. A pesar del apoyo popular por la causa palestina, los gobiernos de turno han demostrado su completo silencio y cierta complicidad con el genocidio en Gaza, apoyo silencioso y tímido que se espera vaya cambiando con el tiempo, lo que augura un futuro sombrío para el sionismo en la región.
El poder omnipotente de los sionistas ha quedado en entredicho en la presente guerra. Irán fue capaz de vulnerar su cúpula de hierro y golpear objetivos secundarios importantes con sus misiles balísticos. Si Irán consigue desarrollar su programa nuclear, Israel se vería en problemas. Por ello, con Trump adelanta sus planes para destruir el programa nuclear iraní de la misma forma que Israel destruyó el programa nuclear de Arabía Saudita en el año 1986, mediante bombardeos. De ocurrir una escalada en ese sentido, podría ocurrir un conflicto que fácilmente escalaría a una confrontación de alcance mundial. En todo caso, el eje de la resistencia demuestra estar a la vanguardia de la lucha antimperialista mundial, una antorcha que pone la vara muy alto sobre los sacrificios y esfuerzos que se deberán realizar en el futuro para combatir, derrotar y barrer al imperialismo de la faz de la tierra. El pueblo de Gaza, además demuestra que aún en la barbarie imperialista, los pueblos del mundo no van a dejarse desaparecer impunemente, sino que van a luchar y a despertar la solidaridad de los pueblos del mundo hasta alcanzar la victoria.