A continuación dos poemas de Samih Al Qassim, poeta palestino
Mientras me quede… aliento
Gritaré delante del enemigo
Voy a gritar declaración de guerra
En nombre de los hombres libres
obreros, estudiantes, poetas
Voy a gritar… y que los parásitos
Y los enemigos del sol
Se harten con el pan de la vergüenza
Mientras me quede aliento
Y aliento me quedará
Mi palabra será el pan y el alma
entre las manos de los guerrilleros
Discurso en el mercado de desempleo
Tal vez pierda -si deseares-
mi medio de subsistencia
tal vez venda mi ropa y mi colchón
Tal vez trabaje en la cantera…
como cargador… o barrendero
Tal vez busque granos en el estiércol
Tal vez esté desnudo y hambriento
Pero no me venderé
¡Oh enemigo del sol!
Y hasta el último latido de mis venas
Resistiré
Tal vez me despojes de la última pulgada de mi tierra
Tal vez encarceles mi juventud
Tal vez me robes la herencia de mis antepasados
Muebles… Utensilios y jarras
Tal vez quemes mis poemas y mis libros
Tal vez arrojes mi cuerpo a los perros
Tal vez levantes espantos de terror sobre nuestra aldea
Pero no me venderé ¡Oh enemigo del sol
Y hasta el último latido de mis venas
Resistiré
Tal vez apagarás todas las luces en mi noche
Tal vez me prives de la ternura de mi madre
Tal vez falsifiques mi historia
Tal vez te pongas máscaras para engañar a mis amigos
Tal vez levantes muros y murallas a mi alrededor
Tal vez me crucifiques un día frente a espectáculos indignos
Pero no me venderé
¡Oh enemigo del sol!
Y hasta el último latido de mis venas
Resistiré
¡Oh enemigo del sol!
El puerto desborda de belleza… y símbolos
Barcos y alegrías
Protestas y manifestaciones
Cánticos patrióticos, desgarran las gargantas
Y en el horizonte… Hay velas
Que desafían el viento… la tormenta
y franquean los obstáculos
Es el regreso de Ulises
Del mar de la privación
El regreso del sol…
De mi pueblo exiliado
Y para sus ojos
¡Oh enemigo del sol
Juro que no me venderé
Y hasta el último latido de mis venas
Resistiré
Las siguientes palabras fueron encontradas en el diario del guerrillero Mazin Abu Ghazzalah, que participó en una acción de resistencia palestina el 30 de septiembre de 1967. Después de resistir durante tres días, Mazin logró cubrir la retirada de sus camaradas y sus municiones se agotaron. Rodeado de varios soldados, hizo estallar dos granadas en sus manos, muriendo mientras mataba a sus enemigos.
Oh pueblo mío, oh patria mía,
¿qué puedo escribir y a quién?
Espero no tener que escribir
hasta la carta de victoria.
¡Silbad balas y callad lápiz!»
En el auge de la aflicción
Una luz divina iluminaba
cada pliegue de su corazón
y se encendieron brasas en sus ojos
Cerró su diario Mazin,
el gran valiente se irguió
Llevando el peso de su amor
los dolores de su tierra y de su pueblo
Y los fragmentos astillados de esperanza
Así escribió la poeta Fadwa Tuqan sobre Mazin.