El pasado 29 de diciembre de 2023 el gobierno oportunista de Gustavo Petro anunció el aumento del salario mínimo para los trabajadores formales en nuestro país. Ha vociferado como lo hacen todos los gobiernos cada 4 años, que es el aumento más grande que se ha hecho en la historia y de la mano de dirigentes sindicales oportunistas como Pablo Arias (actual presidente de la Central Unitaria de Trabajadores) se han encargado de mentirle de forma descarada al pueblo trabajador diciendo que este aumento va a mejorar significativamente sus condiciones de vida.
En nuestro país aproximadamente el 56% de la población trabaja de manera informal, esto quiere decir que no tienen un contrato ni un salario o suma fija cada mes. Una gran cantidad de los trabajadores informales no alcanza a ganar ni siquiera $10.000 pesos al día (2,5 dólares). En algunos departamentos del norte del país la situación es mucho más aguda, por ejemplo, en el caso de Sincelejo, Sucre, el 70% de los trabajadores son informales. El capitalismo atrasado y en crisis que se desenvuelve en nuestro país cada vez empuja más a las masas a la informalidad y al desempleo en las ciudades más pobres.
El pueblo que trabaja en estas condiciones se dedica a vender dulces y comida con pequeños carritos en la calle y en general, a trabajos sumamente agotadores y en algunos casos absurdamente degradantes. Las masas en nuestro país viven del “rebusque” para poder sobrevivir y son sometidos a una cruel y humillante explotación, a su vez, representan la mayoría de trabajadores en nuestro país. Este gobierno ha embellecido la miseria en la que viven estos trabajadores nombrándolos como “economías populares” y prometiéndoles formalizarlos mientras continúan, al día de hoy, sufriendo la represión por parte de la policía y las instituciones de “espacio público” que constantemente los desplazan de sus lugares.
En el caso de los trabajadores formales, tan solo 2,2 millones de personas, es decir el 10% de la población gana un salario mínimo que al día de hoy serían $1’300.000 (326 dólares). Quienes trabajan bajo esta forma también son sometidos a viles humillaciones. La tercerización laboral donde se vulnera el derecho a organizarse a los trabajadores, los contratos por prestación de servicios que no están ligados a la subida de los salarios mínimos cada año y las extensas jornadas laborales no remuneradas son pan de cada día para el pueblo trabajador.
Acerca de la población desempleada, en 2023 cerró con un 9%. En síntesis, aproximadamente el 75% de los colombianos ganan un salario mínimo o menos y tan solo el 10% de ese valor tendrá el “aumento” del salario. La población restante, son los sectores de la pequeña burguesía que ahogados por los impuestos cada vez más altos, quebrados por el capital monopólico y al no tener un aumento del salario en relación a la inflación, cada vez son más empujados a las capas más pobres de la sociedad. Tan solo el 1,3% de los colombianos ganan más de 10 millones de pesos al mes (2.500 dólares).
Todos estos datos son proporcionados por el DANE y los analizamos y republicamos reconociendo y advirtiendo la capacidad que tiene el Estado para maquillar y adornar las cifras.
Esta es la dimensión de la burda desigualdad en la repartición de las riquezas en nuestra nación, realidad que el presidente de la mano de la ministra de trabajo y los dirigentes traidores de las centrales obreras tratan de ocultar diciendo que están gobernando para los trabajadores y pregonando la necesidad de que los trabajadores lleguen a acuerdos con los empresarios.
Para las masas en nuestro país que trabajan desde que sale el sol hasta que se esconde, que soportan la gran explotación de este sistema sobre sus hombros y que a pesar de eso con gran temple y dedicación salen adelante con sus familias y luchan por sobrevivir, es necesario demostrarles que la base de la existencia de pobres y ricos, radica en la existencia de las clases sociales con intereses antagónicos. Esta es la contradicción que el nuevo gobierno se ha empeñado en ocultar y por eso lo que para ellos es “mejorar las condiciones de vida de los trabajadores” son sencillos paliativos para el 10% de la población y basta con un alza del pasaje del transporte público para que los trabajadores sigan en la pobreza como han estado siempre. No hay forma de conseguir salarios justos de la mano de los empresarios ¡Menos aún si los que se sientan en la mesa de negociación son representantes de la gran burguesía de nuestro país como los directivos de ANDI y Fenalco junto a los dirigentes traidores de las centrales obreras! Como lo hemos planteado antes, la única manera de que el pueblo avance en conquistar sus reivindicaciones es seguir impulsando la lucha por los derechos del pueblo, “despertar el entusiasmo y la iniciativa de las masas en la lucha por sus derechos, reconstruyendo organizaciones democráticas, que defiendan los intereses de cada sector del pueblo, que develen y luchen contra los falsos líderes que traicionan el movimiento y que construyan grupos para resistir la represión de los de arriba.”