Un sistema decadente, agonizante y en descomposición impera en todo el mundo. El imperialismo en poco más de 100 años de existencia ha causado los más grandes desastres para las masas; guerras de rapiña, genocidios, agudización de la opresión nacional, grandes despojos de tierras, hambre, imposición de gobiernos lacayos, saqueos y miseria. Sin embargo, no todo es oscuro, la perspectiva para el proletariado y los pueblos del mundo es brillante.
Frente a este moribundo sistema y toda su decadente ideología los pueblos del mundo responden de distintas formas con lucha y organización. En Palestina la heroica Resistencia Nacional desde el Diluvio de Al Aqsa ha infringido grandes derrotas militares y políticas al Estado sionista de Israel y mostrado la valentía y persistencia para liberar la nación desplegando gran heroicidad. En Colombia las familias se organizan y resisten desalojos en los barrios, las mujeres salen a las calles a denunciar la explotación sexual y los campesinos bloquean vías exigiendo tierras. En México los campesinos se movilizan en contra de los crímenes del latifundio, impulsan una campaña de boicot a la farsa electoral y luchan contra los megaproyectos imperialistas. En Brasil los campesinos resisten los ataques de los terratenientes y se organizan para tomar las tierras del latifundio. En Haití las masas y varios grupos armados luchan contra la dominación extranjera. En Ucrania las masas siguen luchando contra la invasión del imperialismo ruso y en Europa los campesinos protestan contra los altos costos de producción. En el Congo las masas luchan contra el saqueo imperialista y queman banderas yanquis y belgas en la puerta de los parlamentos imperialistas y en oficinas de la ONU. En la India los campesinos luchan contra el bajo precio de sus productos y contra la represión del viejo Estado indio. Y en Perú, Turquía, India y Filipinas se desarrollan Guerras Populares contra el latifundio, el imperialismo y el capitalismo burocrático.
En este primero de mayo, día internacional de la clase obrera, como planteó Engels, el proletariado y los pueblos del mundo se movilizan en un solo ejército, bajo la misma bandera y para un mismo objetivo: barrer de la faz de la tierra al imperialismo. Y demostrarán a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, no pueden seguir gobernando como lo vienen haciendo y que los proletarios de todos los países están unidos y no pueden seguir viviendo bajo este sistema.