
El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Obrera, Campesina y Popular, se dieron grandes movilizaciones en el país, las mujeres trabajadoras, estudiantes, jóvenes, intelectuales, vendedoras ambulantes y niñas, salieron y tomaron las calles exigiendo justicia y derechos. En varias ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga, las movilizaciones se tomaron las vías principales, haciendo exigencias del movimiento femenino por medio de varias acciones, llevando denuncias concretas de mujeres desaparecidas, abusadas, explotadas, acosadas por los patrones, victimas del desplazamiento y de la desaparición forzada de sus hijos.
En Bogotá se movilizaron cerca de 8.000 mujeres, quienes, en solidaridad, con las madres buscadoras de la Comuna 13 de Medellín, levantaron la bandera de “Las cuchas tienen razón”. En la Cancillería, las mujeres hicieron denuncias de las niñas que fueron abusadas sexualmente por tropas yanquis en nuestro país, como en la base militar de Tolemaida. También, pintaron las paredes exigiendo justicia con frases como, “¡No más impunidad diplomática a violadores!” “¡No más gringos!”. En varias estaciones del sistema masivo de transporte Transmilenio, las mujeres expresaron su justa furia, atacando y pintando las estaciones, motivadas por las condiciones indignas para el pueblo trabajador y en particular para las mujeres populares, ya que muchas son acosadas y abusadas sexualmente en el sistema de transporte.

En Medellín, la concentración se dio en el Cementerio de La América, alrededor del monumento a los desaparecidos y asesinados por la Operación Orión y otras operaciones militares, las cuales ocurrieron en el marco de la política de Seguridad Democrática de Álvaro Uribe Vélez, quien ha sido acusado por organizaciones populares, como promotor del paramilitarismo y sus crímenes, cometidos contra el pueblo, como los ataques militares y paramilitares contra barrios populares y veredas, cumpliendo los planes del imperialismo yanqui, en el marco del Plan Colombia.
En Medellín también resonó la consigna de “Las cuchas tienen razón”, presente en pancartas, carteles, performances, consignas. La Comuna 13 de Medellín, hoy es escenario de disputa por la justicia y la memoria. Las madres buscadoras, que por más de 20 años han denunciado al Estado por la desaparición de sus hijos y familiares, asesinados y enterrados en La Escombrera, hoy levantan su puño con más fuerza, ante los viles ataques de la alcaldía de Federico Gutiérrez, quien intentó silenciar su lucha, ordenando, a inicios de este año, borrar los murales dedicados a las madres buscadoras. Sin embargo, lo único que cosechó “Fico”, fue un rotundo fracaso, y el mural que ordenó borrar, no solo fue vuelto a pintar por el pueblo, sino que se multiplicó por decenas en todo el país.

La lucha de las madres buscadoras se ha convertido en un ejemplo y motivación para el movimiento de mujeres. Su persistencia en la lucha por justicia, es fermento para avanzar en la construcción de organizaciones femeninas populares, al servicio de la lucha por los derechos del pueblo y de la transformación de la sociedad.

En la movilización del 8M, también hubo discursos y actos exigiendo derechos para las venteras ambulantes, estudiantes, profesoras, etc. Mujeres del barrio popular José Antonio Galán, denunciaron la amenaza de desalojo que sufren actualmente y exigieron vivienda digna. Además, algunas de ellas, denunciaron que el viejo Estado había asesinado a sus hijos y que la justicia era para los ricos y no para los pobres. Ellas decían: “¡Fuerza mujeres, a mí me asesinaron a mi hijo, así que fuerza! ¡Nosotras podemos”! Otra mujer expuso su dura situación: desplazada del Catatumbo, había llegado a la ciudad de Medellín, sin nada para darle a sus hijos y con muchos problemas para atender la situación de su hija, que tiene una enfermedad. Las jóvenes y estudiantes oían con atención e indignación la miseria y pobreza a la que son sometidas las mujeres populares en el país. En medio de estas denuncias, las mujeres arengaron: “¡Mujer escucha, esta es tu lucha!”

En medio del recorrido, unas jóvenes sostenían carteles y gritaban que les hacía falta Ana Valentina. Lloraban y gritaban su nombre. Contaron cómo había desaparecido su amiga, que pusieron la denuncia y el Estado no hizo nada para buscarla, y ellas por su cuenta la han estado buscado. En medio lágrimas decían “¡Ayúdenos a encontrarla!”
Denuncias tan dolorosas, muestran la opresión de las mujeres populares bajo el sistema imperialista, un sistema podrido, agonizante, que con toda su basura ideológica reduce el papel de las mujeres a ser meros objetos sexuales, desencadenando una serie de problemas psicológicos en las mujeres, que todos los días son acosadas, abusadas y violentadas. A pesar del dolor, las mujeres han demostrado que, así como han sido doblemente oprimidas, son doblemente luchadoras. El ambiente de la movilización era alegre, emitía la fuerza de apoyarse unas con otras, aliviando sus dolores, denunciando los abusos, conscientes de que el peso de las cadenas no es individual y que bajo esta sociedad las mujeres del pueblo se deben organizar y romper todas sus cadenas. En las intervenciones del Movimiento Femenino Popular (MFP) se resaltó la combatividad de las mujeres en el país, se agitó la bandera de Palestina, mostrando el camino de las heroicas combatientes, que defienden como leonas a sus hijos, y se llamó a no confiar en el viejo Estado, sus instituciones y elecciones al servicio de terratenientes y grandes burgueses.
También, durante la movilización, algunos bancos fueron pintados con diversas frases, entre ellas, mensajes llamando a tomar las tierras del latifundio y hacer la Revolución de Nueva Democracia, y mensajes afirmando que la lucha de la mujer popular, es por derechos y no en las urnas. Acciones que reivindican un camino revolucionario y rechazan un camino electoral, institucional y burocrático, en el contexto en que varias organizaciones electoreras, están enfilando la lucha hacia las elecciones presidenciales del 2026. Existe lucha entre quienes vienen hablando de cómo preparar el 2026, las elecciones, la “gobernanza feminista”, y afirman que hoy el camino es haciendo mesas de concertación antimilitarista con participación para la gobernabilidad. Y entre quienes se reafirman en un camino independiente del Estado, de las politiqueras y por las exigencias de las mujeres populares.





El 8M fue una gran jornada de lucha, que en algunas ciudades se destacó por ser muy combativa, despertando el odio y la criminalización de las clases dominantes, que, a través de toda la prensa monopólica, han rechazado las acciones combativas de las mujeres, las han tildado de “vandalismo” y han instigando la represión del Estado para que judicialicen. Una de esas reacciones fue de Gustavo Petro, quien dijo “…no me gusta lo que pasa en el día de la mujer en contra del homenaje a un hombre que fue un líder muy importante del país …”, refiriéndose a la acción de las mujeres en Bogotá, quienes prendieron fuego y rayaron la estatua de Luis Carlos Galán (dirigente del Partido Liberal asesinado en 1989). El gobierno Petro, llama a las mujeres a mantenerse pacíficas, mientras protege a abusadores de mujeres, como los altos funcionarios de su gobierno que tienen denuncias por abuso y maltrato.
Antes de finalizar la movilización, se realizó una quema con rostros representativos del imperialismo (Trump, el general del Comando Sur, Netanyahu, Elon Musk). En esa quema se agitaron consignas como “Las cuchas tienen razón”, “Uribe lacayo del imperialismo dio la orden”, “Castigo para los culpables”, “Justicia a las presas por luchar”. Las mujeres se acercaron a la llama de la antorcha y arrojaron las caras del imperialismo con rabia, culminando la jornada con un elevado espíritu de lucha.



