¡Tierra para quien la trabaja!
El problema de la tierra en Colombia es sin duda uno de los más complejos y profundos que aquejan a nuestra nación: el 99% del país es rural y más del 30% de la población vive en el campo; más de la mitad de esta población (65%) está en la pobreza y cerca de 5 millones vive con menos de 200 mil pesos al mes; el 1% de los propietarios tiene el 81% de las tierras mientras que el 90% tiene solo 19%; 1 de cada 5 campesinos es analfabeta y la gran mayoría no cuentan con maquinaria (83%) y nunca han recibido asistencia técnica (90%). Estos datos, extraídos del Tercer Censo Nacional Agropecuario (2016) y del informe Radiografía de la desigualdad (2017) de la ONG Oxfam, reflejan la cruda realidad que viven millones de masas campesinas, ante la cual se han rebelado en toda su historia y aún hoy lo continúan haciendo.
A continuación compartimos con nuestros lectores algunos casos de luchas campesinas ocurridas recientemente en distintos lugares del país y que demuestran, tanto la vigencia del problema de la tierra en Colombia, como la necesidad de una revolución agraria para su resolución, en la cual verdaderamente se entregue la tierra a quien en ella vive y la trabaja:
Campesinado lucha contra multinacional china en Dabeiba
El pasado lunes 18 de julio, indígenas y campesinos del municipio de Dabeiba (Antioquia) iniciaron una serie de protestas contra la multinacional China Harbour Engineering Company (CHEC), por los grandes daños materiales y ambientales que han afectado a toda la comunidad. En particular los pobladores del barrio La Meseta reclaman que, debido a los deslizamientos de tierra que han generado las obras y el desplazamiento de vehículos pesados, ha quedado inservible el puente San Antonio, el cual divide el casco urbano en dos, dejando aislada a una parte de la comunidad y haciendo mucho más costoso el transporte y venta de sus productos en el mercado local.
Estas afectaciones despertaron la indignación popular, por lo que la comunidad definió bloquear las instalaciones de la empresa multinacional para exigir el reparo de todos los perjuicios ocasionados. Durante las jornadas de protesta, que se extendieron por los siguientes días, las masas se tomaron los vehículos de la empresa para detenerlos e impedir su circulación, se realizaron ollas comunitarias y diversas movilizaciones en el sector en las que participaron más de 150 personas, además de empapelar las instalaciones de esta multinacional -que tiene contratos con más de 60 países en el mundo- con carteles con mensajes escritos como “contra los atropellos de la autopista y de la china CHEC, ¡lucha dabeibana!” y “fuera multinacional depredadora de nuestras tierras”.
Tal fue el revuelo generado con las protestas, que el alcalde de la ciudad, Leyton Urrego, se pronunció al respecto por sus redes sociales atemorizado ante las acciones de las masas, señalando: “Este es el hotel Eridu donde llegaron unos manifestantes que supuestamente el sr Jader Jimenez había mandado poner esos carteles y que si los quitaban acababan con la propiedad, esta denuncia pública la hago y tenemos los videos si pasa algo a la propiedad o al personal ya sabemos quiénes son los responsables. En Colombia hay libertad y derecho a la protesta pacífica y también hay derecho a la propiedad privada”. Días después se entabló una mesa de negociación con la administración local para resolver las problemáticas del sector y algunos sectores de la dirección de la lucha pasaron activamente a censurar las acciones realizadas por las masas y a promover su desmovilización, actuando de manera oportunista y contribuyendo a contener la movilización popular.
Cartel difundido en medio de las protestas campesinas en Dabeiba, Antioquia. Foto: Resistencia Juvenil (Facebook).
El municipio de Dabeiba, de vocación agricultora y rico en minerales y fuentes hídricas, se encuentra ubicado al occidente del departamento de Antioquia, entre las montañas del nudo de Paramillo, las cuales han sido escenario de sangrientos enfrentamientos entre guerrillas, grupos paramilitares y las fuerzas represivas del Estado a lo largo de las últimas décadas por su posición estratégica al representar una salida al golfo de Urabá.
El barrio La Meseta, epicentro de las luchas en el municipio, se ha caracterizado por su rebeldía y combatividad, ya que su mismo nacimiento fue en medio de lucha. El predio donde se ubica actualmente el barrio fue comprado por la alcaldía hace más de diez años con el propósito de vivienda para población desplazada y en condición de pobreza, pero esas familias nunca recibieron nada de las administraciones de turno. Es por ello que en marzo de 2018 familias indígenas y campesinas definen tomarse el predio y construir allí sus viviendas, viéndose forzados a defender sus tierras combativamente tras los intentos de desalojo por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), logrando expulsar a los verdaderos invasores y fundando así el barrio, el cual al día de hoy aún no es reconocido plenamente por el Estado y no cuenta con medios básicos para la subsistencia en condiciones dignas como agua potable, alcantarillado, pavimentación de calles, etc.
Campesinos luchan contra despojo de tierras por parte del Estado y paramilitares en Pasacaballos
El pasado 8 de julio campesinos de la vereda La Europa, en el corregimiento de Pasacaballos (Bolívar) realizaron un plantón en una importante vía del sector denunciando la intimidación, persecución y los intentos de despojo de sus tierras por parte del Estado y de fuerzas paramilitares. “Somos más de 300 campesinos cabeza de hogar los que estamos intentando proteger las tierras que nos dejaron nuestros ancestros. Una organización ha intentado desplazar al campesinado de forma ilegal. Asimismo, una persona natural ha llegado a la vereda en repetidas ocasiones con el mismo objetivo (…) el último caso fue hace tres días. Más o menos 30 civiles entraron a la vereda y usaron armas de fuego con el fin de intimidarnos para desalojar nuestros hogares” afirma un líder de la comunidad. Recientemente también tuvo lugar un desalojo ejecutado por parte del ESMAD, alegando que los pobladores están invadiendo propiedad privada, a pesar de que la comunidad reclama que son propietarios de los predios en los que residen y tienen toda la documentación que lo corrobora. El líder informó que los uniformados “lanzaron gases lacrimógenos, destruyeron los cultivos, agredieron a los campesinos y al día siguiente hicieron lo mismo”.
Campesinos de Pasacaballos (Bolívar) protestan en la vía Mamonal. Foto: El Universal.
Nuevas tomas de tierras en el Cauca
La lucha por la tierra en el Norte del Cauca se ha intensificado los últimos meses. El pasado jueves 4 de agosto un centenar de indígenas del pueblo Nasa se tomaron predios ubicados en la hacienda Japio en el municipio de Caloto (Cauca) que figuran como propiedad del monopólico ingenio azucarero Manuelita. Los indígenas se reivindicaron como “los nietos de Quintín Lame”, un importante líder indígena y revolucionario colombiano que actuó durante las primeras décadas del siglo XX. Otro hecho importante fue notificado el pasado 23 de julio, cuando comunidades indígenas ocuparon predios privados de ingenios azucareros en el sector de El Tetillo, municipio de Padilla (Cauca), desatándose choques entre las comunidades indígenas y trabajadores del ingenio. La agudización de las tomas de tierras se ve reflejada en un comunicado firmado por gremios empresariales en cabeza de grandes burgueses y terratenientes del Cauca y el Valle del Cauca emitido el 4 de agosto donde afirman “En los últimos meses se han presentado más de 15 afectaciones a fincas en los municipios de Padilla, Guachené, Caloto y Miranda, acompañadas de acciones que ponen en peligro la vida de los trabajadores agrícolas y de los habitantes de esta región. Tan solo hoy, 4 de agosto, se han presentado avasallamientos en tres fincas de diferentes agricultores”. Ante la ofensiva de los indígenas en su justa lucha por tierra para quien la trabaja y en contra de la absurda concentración de tierras en pocas manos, el presidente electo Gustavo Petro ha llamado a establecer un “diálogo regional por la paz” buscando desmovilizar al pueblo y conciliar los intereses antagónicos entre los grandes terratenientes y los pueblos indígenas, campesinos y negros sin tierra o con poca tierra.
Indígenas Nasa instalando su campamento en la toma de la hacienda cañera de Vistahermosa en el norte del Cauca, donde se asientan más de 60 familias. Foto: El Tiempo.