A continuación publicamos una traducción no oficial de este artículo encontrado en la prensa democrática y popular, A Nova Democracia
No hubo palabras a medias. «Hemos sufrido un gran golpe», declaró Nasrallah, tras expresar su solidaridad con todos los heridos. Pero reafirmó: «Decimos a [el primer ministro israelí Benjamin] Netanyahu y a [el ministro de Defensa israelí Yoav] Gallant… y al gobierno, al ejército y a la sociedad del enemigo: el frente libanés no se detendrá hasta que cese la agresión a Gaza.»
El Líbano hervía hoy mientras cientos de miles de personas esperaban el discurso del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, las primeras palabras del Secretario General desde el ataque terrorista de Israel con buscapersonas y walkie-talkies.
En los hogares, las familias se reunían en sillas, sofás o incluso en el suelo para ver el discurso en un único televisor. Con vasos de té o café en la mano, esperaban el anuncio.
No hubo palabras a medias. «Hemos sufrido un gran golpe», declaró Nasrallah, tras expresar su solidaridad con todos los heridos. Pero reafirmó: «Decimos a [el primer ministro israelí Benjamin] Netanyahu y a [el ministro de Defensa israelí Yoav] Gallant… y al gobierno, al ejército y a la sociedad del enemigo: el frente libanés no se detendrá hasta que cese la agresión a Gaza.»
Las palabras fueron pronunciadas con firmeza. Con aspecto tranquilo ante el clásico fondo rojo que adorna sus emisiones, Nasrallah desafió al enemigo sionista y a los aviones israelíes que cruzaron el cielo de Beirut para intentar interrumpir su discurso.
«Llevamos 11 meses diciendo esto. Puede que nos estemos repitiendo, pero esta declaración llega después de estos dos grandes golpes… Lo digo claramente: no importan los sacrificios, las consecuencias o las posibilidades futuras, la resistencia en Líbano no dejará de apoyar a Gaza», aseguró Nasrallah.
En ningún momento Nasrallah restó importancia al impacto del ataque sionista, que calificó de «acto terrorista», «masacre» y «declaración de guerra» que violó «todas las convenciones, leyes y líneas rojas». Ayer, antes del discurso, el ataque israelí también fue condenado por organismos internacionales, incluso por la Organización de Naciones Unidas, alineada con Estados Unidos (EEUU).
«No hay duda de que hemos sufrido un gran golpe, tanto en términos de seguridad como de humanidad, un golpe sin precedentes en la historia de la resistencia en Líbano, al menos», describió Nasrallah. «Sin precedentes en la historia de Líbano, y puede que sin precedentes en la historia del conflicto con el enemigo israelí en toda la región, quizá incluso sin precedentes en el mundo».
El discurso se pronunció al mismo tiempo que se intensificaban los conflictos con Israel en la frontera sur del país. El Estado sionista declaró que había cambiado el equilibrio de la guerra y envió refuerzos a la frontera. Hezbolá respondió con poderosos golpes que ayer mismo mataron a dos de los soldados invasores, identificados como el mayor reservista Nael Fwarsy y el sargento Tomer Keren.
La promesa del régimen de Netanyahu es debilitar a Hezbolá y hacer que los colonos del norte regresen a la región, de donde huyeron tras la escalada del conflicto con la Resistencia libanesa. Nasrallah garantizó que no habrá retorno.
«Ninguna escalada militar, ningún asesinato o guerra total hará que los residentes vuelvan a la frontera», afirmó el Secretario General.
Todas las expectativas giran en torno a la respuesta de Hezbolá. Para Ramzy Baroud, periodista y consejero editorial de AND especialista en Palestina y Medio Oriente, «la respuesta tiene que ser rápida. No es el momento de decir ‘garantizamos el derecho de réplica en el momento que elijamos…’ ¡No! Hezbolá debe ser rápido y asestar este golpe a Israel sin declarar necesariamente la guerra total».
Describió el acto como «una declaración de guerra sin declaración oficial» y «una grave violación de la soberanía nacional de Líbano», un ataque «con las características de las armas de destrucción masiva». En palabras de Nasrallah, la organización no revelará «tiempo, forma ni lugar», pero está segura de que «esta retribución llegará».