A continuación publicamos una traducción no oficial de este artículo encontrado en la prensa democrática y popular, A Nova Democracia
La lucha armada palestina está en el centro del debate internacional y demuestra a todo el mundo que la guerra del pueblo puede triunfar y convertirse en un poderoso motor para la liberación de los oprimidos.
por Ana Nascimento
9 de octubre de 2024

La historia de los conflictos entre la resistencia palestina y el Estado de Israel está marcada por la disparidad de fuerzas y recursos. Sin embargo, es precisamente en este contexto de asimetría donde la guerra justa del pueblo palestino revela su superioridad estratégica sobre las fuerzas sionistas. El éxito militar no se mide en número de soldados y potencia militar, sino también en capacidad de adaptación, paciencia revolucionaria y conocimiento efectivo del terreno y de las tácticas de combate. Y, principalmente, en la justeza de la línea que dirige la guerra y la decisión de hombres y mujeres heroicos, con zapatos y ropas sencillos, pero con un coraje templado por 70 años de resistencia a la ocupación colonial.
El jefe comunista chino Mao Tsetung, que dirigió la lucha antiimperialista de China contra Japón y desarrolló escritos militares teóricos estudiados por los palestinos, afirma que «toda guerra justa y revolucionaria está dotada de un tremendo poder y puede transformar muchas cosas o allanar el camino para su transformación». Por cierto, ¿no se refleja la esencia de esta afirmación en las operaciones y movilizaciones político-militares de la resistencia palestina? Incluso frente a un enemigo con un gran contingente y poder militar, las organizaciones palestinas han sido capaces de desequilibrar a las fuerzas reaccionarias de Israel, transformando la aparente desventaja en un campo fértil para la lucha prolongada y la resistencia organizada.
La guerra de guerrillas palestina
La guerra revolucionaria es necesariamente una guerra prolongada. Para convertir fuerzas débiles en fuertes y aparatos inferiores en superiores, es necesario actuar con iniciativa, flexibilidad y planificación. En el contexto palestino, la guerra de los pueblos se adapta al tipo de lucha que libran las organizaciones guerrilleras militares de Hamás, la Yihad Islámica Palestina y el Frente Popular para la Liberación de Palestina en Gaza y Cisjordania, así como Hezbolá en Líbano. En Gaza, los combatientes palestinos se enfrentan al cerco enemigo aplicando conocidas tácticas de guerrilla para confundir, desorientar y agotar a las fuerzas sionistas.
Uno de los acontecimientos más notables fue la emboscada de la Brigada Al-Qassam en el barrio de Shejaiya, en el norte de Gaza, donde murieron al menos 10 oficiales y un comandante de batallón de la Brigada Golani. La batalla, que duró más de tres horas, puso de relieve la astucia de los combatientes de Al Qassam, que se disfrazaron con uniformes de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y utilizaron fusiles M16 para atraer a los soldados a un edificio repleto de explosivos. Shejaiya es para los palestinos de Gaza como Yenan para los chinos: el orgulloso y heroico punto de apoyo que ilustra al mundo la forja de acero palestina.
Además, las fuerzas de resistencia utilizan artefactos explosivos de alto impacto para sabotajes, disparos de cohetes, emboscadas y, brillantemente, la guerra de túneles como método para lograr superioridad táctica. Estos túneles, llamados cariñosamente el « metro de Gaza», se extienden a lo largo de decenas de kilómetros bajo Gaza e Israel, permitiendo a los combatientes moverse con agilidad, preservando su fuerza y evitando ser detectados.
Las fuerzas de la Resistencia han estado entrenándose y demostrando que Israel no tiene (ni naturalmente podría tener) pleno conocimiento de las fuerzas de Hamás. El 24 de junio, las Brigadas Al-Qassam llevaron a cabo un audaz ataque contra un vehículo blindado Ovik, que fue alcanzado por un misil guiado ATGM. El armamento de origen chino, con una tecnología sin precedentes para la organización, provocó la destrucción del vehículo. Cuánto tiempo lleva este armamento en Gaza y qué otras armas puede tener la resistencia en su arsenal son incógnitas que atormentan a los mandos israelíes.
Tanto Shujaiya, en el norte, como Rafah, en el sur, fueron respuestas ejemplares de la resistencia palestina a la red de mentiras de Israel. Ambas localidades se consideraban controladas por las tropas sionistas, que afirmaban haber diezmado las fuerzas de Hamás.
En Palestina, las emboscadas y los ataques rápidos contra patrullas y puestos de control israelíes son tácticas esenciales que van más allá de la mera neutralización de las fuerzas enemigas; su objetivo estratégico es la captura de armas y municiones, reforzando así la capacidad operativa de la resistencia. Un ejemplo de ello es el desarrollo del Al-Yassin 105mm, el primer misil antitanque de la Brigada Al-Qassam, que apareció durante la Operación Diluvio de Al-Aqsa.
Este misil representa un hito significativo en la evolución del arsenal de la resistencia palestina, simbolizando la adaptación y la innovación frente a un adversario militarmente superior. El Al-Yassin de 105 mm no sólo demuestra la destreza técnica de los combatientes, sino que también refleja una exitosa estrategia de utilización de los recursos capturados para aumentar la eficacia sobre el terreno. Estos son los frutos de la ingeniería de guerra de Gaza.
El papel del pueblo en la resistencia
El factor tiempo en la guerra de los pueblos, y su naturaleza prolongada, favorece a las fuerzas populares. Sin embargo, la resistencia palestina entiende que desgastar a las fuerzas israelíes depende de la movilización constante de las masas, creando un estado de guerra prolongada en el que estas masas, aunque desarmadas, se movilizan constantemente para defender su justa causa.
La movilización de las masas es la columna vertebral de la resistencia, ya que proporciona apoyo logístico, información y recursos a las organizaciones armadas. Desde el comienzo del conflicto, las comunidades palestinas han organizado protestas, manifestaciones y acciones contra el Estado de Israel, lo que demuestra el vínculo orgánico entre las masas y la resistencia palestina.
Esto explica cómo Hamás, considerado inexistente en Cisjordania antes del 7 de octubre de 2023, se ganó la confianza de las masas palestinas y vio aumentar su popularidad hasta el 73%. Esta movilización es evidente en los campos de refugiados palestinos de Yenín, Nablús y Tulkarem, donde Hamás ha conseguido desarrollar su fuerza, convirtiéndose en bastiones de la resistencia en Cisjordania. La autoridad de la Resistencia es reconocida por las masas, que ven en las organizaciones de lucha armada no sólo una máquina para combatir militarmente a Israel, sino a quienes llevan a cabo legítimamente sus principios. La lucha armada palestina y la movilización de las masas están entrelazadas en una relación simbiótica: una sólo puede existir con la otra.
El futuro de Palestina: el desarrollo de la guerra revolucionaria hasta la victoria final
La resistencia palestina ha demostrado una impresionante unidad y cohesión entre sus componentes. El lanzamiento del Diluvio de Al Aqsa fue una operación conjunta entre varias fuerzas palestinas que operan en Gaza y que llevan dos años trabajando en este trascendental hecho. En el terreno de la guerra, luchar de forma cohesionada y unida es un signo de salud de las fuerzas guerrilleras palestinas, algo que no se ve en las fuerzas sionistas. Hay miles de acciones conjuntas orquestadas y emprendidas dentro y fuera de Gaza.
El anuncio de Yahya Sinwar como nuevo líder del Buró Político de Hamás, tras el criminal asesinato de Ismail Haniyeh en la capital iraní, se consideró un gran ejemplo de esta unidad. Sinwar es ampliamente reconocido por las masas palestinas como un firme y leal defensor de la lucha armada, garante de los principios e intereses del pueblo palestino.
La solidaridad internacionalista, principalmente la solidaridad militar de Hezbolá, Kata’ib Hezbolá en Irak y el Movimiento Ansarallah, contribuyen en gran medida a la epopeya histórica desarrollada por el pueblo palestino. El ejército israelí se ve obligado a responder a una prolongada guerra de desgaste y cada día que continúa la agresión sionista se acorta la caída de Israel.
La Resistencia Palestina, en todos sus frentes, está pavimentando el camino para liberar las tierras de su pueblo de las garras del sionismo. La lucha armada palestina está en el centro del debate internacional y demuestra a todo el mundo que la guerra del pueblo puede triunfar y convertirse en un poderoso motor para la liberación de los oprimidos.
En resumen, el pueblo palestino, especialmente la Resistencia Nacional y Hamás, que hoy desempeña el papel de vanguardia y punto de unificación, han aprendido de la experiencia del proletariado internacional el siguiente principio: el imperialismo, y también el sionismo, es un tigre de papel. Y con ello, han aprendido del proletariado internacional la gran verdad de que las masas populares pueden triunfar, siempre y cuando cuenten con sus propias fuerzas armadas, desarrollen una guerra de guerrillas umbilicalmente vinculada a las más amplias masas, movilizadas todas para la guerra patriótica, y hagan de las zonas liberadas verdaderos bastiones en los que todo, absolutamente todo, sea para la guerra del pueblo. La Resistencia palestina, en definitiva, ha aprendido a aplicar las formas y el espíritu de la guerra popular: al hacerlo, no sólo transforma para siempre la lucha de liberación de Palestina, dándole la posibilidad de vencer, sino que lanza a todo el planeta la poderosa consigna de que, con estos principios universales, debidamente aplicados a cada realidad, todas las clases y pueblos oprimidos pueden también triunfar.