El 9 de mayo de 1945 se oficializó la victoria de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS sobre el nazi fascismo alemán. El 2 de mayo de 1945, la Batalla de Berlín terminó con la rendición de las fuerzas nazis que defendían la capital del Reich. Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945 temiendo terminar como Mussolini. A las 10:43 de la noche del 8 de mayo de 1945, se ratificó la rendición incondicional de la Alemania nazi en el cuartel general del Ejército Rojo en Berlín. En Asia, el fascismo japonés se rindió el 15 de agosto de 1945. La segunda guerra imperialista había llegado a su fin. Esta victoria celebrada por los pueblos del mundo quedó registrada para la historia en la famosa foto de un soldado del Ejército Rojo izando la bandera soviética encima del Reichstag (parlamento nazi) en Berlín.

Esta victoria fue precedida por otras grandes batallas como la de Stalingrado, conocida como la más grande batalla en la historia de la humanidad, y que fue parte de la guerra librada por la URSS desde 1941 (la Gran Guerra Patria), en justa defensa contra Hitler y su ejército nazi que invadieron el territorio soviético. Esta lucha no fue solo interna a la URSS; se libró en conjunto con la Internacional Comunista para desarrollar un amplio Frente Antifascista mundial que ayudó a derrotar al nazismo. El proletariado y las masas del mundo, dirigidas por los Partidos Comunistas, llevaron la línea antifascista de defensa de la Unión Soviética, la única base roja para la Revolución. En todos los países ocupados se desató resistencia armada, una verdadera guerra de liberación nacional antifascista siendo principal la que se libró en China.
Los imperialistas, especialmente los yanquis, por medio de su industria cinematográfica, han intentado ocultar y tergiversar la historia para mostrarse como los vencedores y negar el papel de la URSS. Muestran el desembarco en Normandía, también conocido como el Día D, como la batalla más grande y decisiva para la derrota del régimen fascista e imperialista de Hitler, pero esta batalla solo se dio para evitar la influencia que estaba teniendo la URSS en Europa. La victoria realmente vino especialmente impulsada por la dirección de Stalin y del Partido Comunista de la URSS, y por las estructuras del Ejército Rojo, como expresión de un ejército que representaba y tenía en sus filas, en una unidad acerada, a los obreros y campesinos.
Debemos recordar siempre el papel decisivo de Stalin en esta victoria. Stalin como gran estratega militar y dirigente proletario guio hacia la victoria al Ejército Rojo, que ante la invasión nazi aplicó una defensiva estratégica y aplicó “tierra arrasada” que consistía, como explicó Stalin, “en que todo el material rodante debe ser evacuado; al enemigo no debe dejársele ni una sola máquina, ni un solo vagón, ni una sola libra de grano o un galón de fuel. Las granjas colectivas deben ser trasladadas con sus ganados y entregar su grano a la custodia de las autoridades estatales para su transporte a la retaguardia”, además “en las áreas ocupadas por el enemigo, unidades guerrilleras, montadas y a pie, deben formarse, los grupos deben organizarse para combatir a las tropas enemigas, fomentar la guerra de guerrillas por todas partes, volar puentes, carreteras […]. En las regiones ocupadas las condiciones deben ser insoportables para el enemigo y todos sus cómplices”. Sumado a esto, Stalin siempre tenía en cuenta el aspecto moral, e hizo desfilar a todos los nazis vencidos, rendidos y arrojar sus banderas, sus águilas, sus esvásticas al pie del mausoleo de Lenin. No solo fue una derrota militar, fue una gran derrota moral.

El costo de la segunda guerra mundial imperialista es enorme: el 2,5% de la población mundial, o 60 millones de personas, fueron aniquiladas por el imperialismo genocida, donde 26 millones de soviéticos, incluidos 11 millones de soldados, murieron principalmente como resultado de la hambruna provocada por los nazis. Con la derrota del nazi fascismo se consolidó en el mundo el campo socialista y se establecieron democracias populares. La principal de todas ellas fue la victoria de la Revolución China bajo la dirección del Partido Comunista y de Mao Tse-tung.
A continuación, compartimos el discurso que dio Stalin el 9 de mayo de 1945 por ocasión de la victoria contra la Alemania nazi:
J.V. Stalin
DISCURSO DE LA VICTORIA
Emitido radiofónicamente desde Moscú a las 20.00 horas (hora de Moscú) el 9 de Mayo de 1945
¡Camaradas! ¡Compatriotas hombres y mujeres!
El gran día de la victoria sobre Alemania ha llegado. La Alemania fascista, forzada a arrodillarse por el Ejército Rojo y las tropas de nuestros aliados, ha reconocido su derrota y declarado su rendición incondicional.
El 7 de Mayo, el protocolo preliminar de rendición fue firmado en la ciudad de Reims. El 8 de Mayo, representantes del Alto Mando alemán, ante la presencia de representantes del Mando Supremo de las Tropas Aliadas y el Mando Supremo de las Tropas Soviéticas, firmaron en Berlín el acta final de rendición, cuya aplicación comenzó a las 24.00 horas del 8 de Mayo.
Conscientes de los carroñeros hábitos de los cabecillas alemanes, que consideran los tratados y acuerdos como trozos de papel vacíos, no tenemos razones para confiar en sus palabras. Sin embargo, esta mañana, en cumplimiento del acta de rendición, las tropas alemanas comenzaron a deponer sus armas y se rindieron masivamente a nuestras tropas. Esto ya no es un trozo de papel vacío. Esta es la rendición efectiva de las fuerzas armadas de Alemania. En verdad, un grupo de tropas alemanas en la zona de Checoslovaquia está aún evadiendo la rendición. Pero confío que el Ejército Rojo será capaz de conducirles a la sensatez.
Ahora podemos afirmar con plena justificación que el día histórico de la derrota final de Alemania, el día de la gran victoria de nuestro pueblo sobre el imperialismo alemán, ha llegado.
Los grandes sacrificios que hicimos en nombre de la libertad y la independencia de nuestra Patria, las privaciones y sufrimientos incalculables experimentados por nuestro pueblo en el curso de la guerra, el intenso trabajo en el frente y la retaguardia, colocados sobre el altar de la patria, no han sido en vano, y han sido coronados por la victoria completa sobre el enemigo. La lucha secular de los pueblos eslavos por su existencia y su independencia ha concluido con la victoria sobre los invasores alemanes y la tiranía alemana.
A partir de ahora la gran bandera de la libertad de los pueblos y la paz entre los pueblos ondeará sobre Europa.
Hace tres años Hitler declaró para que todos lo escucharan que sus objetivos incluían el desmembramiento de la Unión Soviética y arrebatarle a ella el Cáucaso, Ucrania, Bielorrusia, las tierras del Báltico y otras zonas. Él declaró sin rodeos: “Destruiremos a Rusia para que nunca más sea capaz de alzarse”. Esto fue hace tres años. Sin embargo, las alocadas ideas de Hitler no tuvieron el destino de convertirse en realidad –el avance de la guerra las dispersó a los cuatro vientos. De hecho ha ocurrido todo lo contrario a los delirios hitlerianos. Alemania ha sido completamente derrotada. Las tropas alemanas se están rindiendo. La Unión Soviética está celebrando la Victoria, aunque su intención no es ni desmembrar ni destruir Alemania.
¡Camaradas! La Gran Guerra Patria ha finalizado con nuestra victoria completa. El periodo de guerra en Europa ha pasado. Ha comenzado el periodo de desarrollo pacífico.
¡Os felicito por la victoria, mis queridos compatriotas hombres y mujeres!
¡Gloria a nuestro heroico Ejército Rojo que enarboló la independencia de nuestra Patria y obtuvo la victoria sobre el enemigo!
¡Gloria a nuestro pueblo, el pueblo victorioso! ¡Gloria eterna a los héroes que cayeron en la lucha contra el enemigo y dieron sus vidas por la libertad y la felicidad de nuestro pueblo!